Cultura

Corteza de cerdo en salsa esmeralda

La colonia ha comenzado una transformación para los vecinos de antaño. Las antiguas casas, en muchos casos de servidores públicos retirados, comienzan a ser reacondicionadas para convertirse en tiendas de ropa, oficinas, restaurantes y bares. Martín, maestro de primaria jubilado, cada mañana, sale a barrer la banqueta de su hogar y a regar el pino que plantó el municipio varios años atrás. Sin embargo, desde hace apenas unos meses, tiene que lidiar con el valet parking de un restaurante que recibe la visita de políticos y estrellas del espectáculo. Y peor aún, sin la posibilidad de siquiera visitarlo, ya que los precios, además de ser estratosféricos, no son acorde al tipo de platillos que ahí oferta. Les llaman comida gourmet.

Este tema es un clásico de este espacio, y no por un gusto personal, sino porque en realidad somos contrarios a estas estrategias de venta que, además de ser desleales, buscan ganancias por popularidad y no por contenido gastronómico. Desde hace tiempo se expuso que, el término gourmet, proviene de una ambigüedad, ya que, en la Francia del siglo XVI, existían dos tipos de perfiles gastronómicos, los Gourmets y los Gourmands. En ambos casos se hacía referencia a las personas que sabías dónde comer, beber y fumar buenos productos, la diferencia recaía en las cantidades, el primero era una persona medida y el segundo era lo que conocemos como un glotón.

Muy probablemente desde la década de los 80´s del siglo pasado, se comenzó a etiquetar a la comida ofrecida en restaurantes ostentosos bajo el término gourmet, con el posible objetivo de considerarlos como lo mejor, con las mejores técnicas de elaboración y mejores ingredientes, además de ofrecer el principio de porciones pequeñas. Aunque esto contrastara o se confundiera con otra etiqueta, la Alta Cocina.

Hoy en día nos encontramos, en las benditas redes sociales, con un post realizado por el Gran Hotel de la Ciudad de México, el cual promociona el festín de sabores mexicanos e invita a sus seguidores a probar su Crema Fría de Aguacate con Crostini de Puerco a la Mexicana, de primera instancia todo parece normal, todos los elementos descritos forman parte de la gastronomía. La crema fría es común en el recetario mediterráneo y puede ser elaborada de cualquier fruta o verdura y el crostini es la variante de tapa española; pero por crostini de puerco no es otra cosa más que un troco de chicharrón de puerco y el plato está decorado con un pico de gallo en toda su circunferencia. Ahí radica la mofa y ofensa que se ha hecho ver en redes sociales, ya que, de un platillo popular, y en ocasiones hasta relegado, ahora presentan una modernización y hasta le cambian el nombre. Esperemos pacientes para ver cuántos más continúan la práctica de gourmetizar la comida popular mexicana con el simple hecho de cambiar el nombre y darle una presentación nice.


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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