La reciente volatilidad en el precio de las acciones de empresas asociadas con la Inteligencia Artificial (IA) muestra que los mercados están aprendiendo en tiempo real sobre esta profunda transformación. Por lo pronto, existen preguntas sobre la inversión y los ingresos de la IA, por lo cual es clave contar con un marco para monitorear estos grandes cambios estructurales, dado el rango cada vez mayor de impacto a los mercados financieros, con un número creciente de empresas afectadas. Este marco contempla tres fases: construcción, adopción y transformación.
En Estados Unidos, la fase de construcción de la IA ha visto una significativa inversión total en investigación y desarrollo por parte de un número de megaempresas tecnológicas conocidas como los "siete magníficos.” En menos de 15 años se han invertido cerca de 250 mil millones de dólares, alcanzando la cifra de inversión realizada por el gobierno estadounidense desde 1960.
El lanzamiento de un modelo de IA aparentemente más eficiente por parte de la startup china DeepSeek genera preguntas sobre la inversión en esta tecnología. Aunque estas preguntas son válidas, todavía estamos en la fase de construcción, por lo cual, es probable que se necesite más inversión para avanzar en innovación como la inteligencia artificial general (i.e., que alcance la inteligencia humana).
Su adopción generalizada —la segunda fase— aún está por venir, pues apenas estamos descubriendo sus modos usos. Sin embargo, los avances significan que estos modelos podrían estar evolucionando más rápido de lo esperado. Eso podría empujar a la fase de adopción más pronto y por eso la narrativa de la IA y las reacciones del mercado podrían cambiar rápidamente.
Hasta ahora, los resultados y la orientación futura de ellos por parte de los “siete magníficos” muestran que pueden soportar una elevada inversión en IA. Los comentarios generales de las empresas en diferentes industrias sobre sus resultados del cuarto trimestre revelan que están cómodas con su gasto en IA y que tienen una convicción a largo plazo. A medida que avanza la fase de construcción, se abre la puerta para que el conjunto de ganadores este sector se amplíe hacia un número mayor de empresas, expandiendo el conjunto de oportunidades de inversión.
Aún no hemos visto que la fase de adopción haya realmente comenzado de forma significativa, aunque los nuevos modelos de IA más eficientes podrían acelerar el proceso. Para medir la adopción, es necesario seguir sectores con una alta proporción de trabajos propensos a las ganancias de eficiencia impulsadas por la IA. A largo plazo, la fase de transformación esta tecnología puede traer beneficios de productividad en toda la economía, pero solo cuando sus herramientas estén completamente desarrolladas y adoptadas.
Si bien es probable que la IA generará ingresos muy significativos al sector corporativo, aún está por definirse cómo se repartirán estos ingresos. Una posibilidad es que los grandes jugadores tecnológicos que impulsan su construcción obtengan la mayor parte de los beneficios. Sin embargo, los desarrollos de semanas pasadas muestran que los modelos tecnológicos baratos, eficientes y comoditizados podrían beneficiar a los usuarios finales en lugar de a las grandes tecnológicas. A lo largo de las tres fases, será clave seguir los ingresos para descubrir dónde estarán las oportunidades de inversión en IA.