El juicio político contra el presidente Trump ha concluido y ha dejado un amargo sabor, de frustración y derrota, al sector demócrata que se encuentran actualmente en una difícil encrucijada al no tener idea de cómoalcanzar la victoria en las próximas elecciones.
Por un lado, el caso de Ucrania está lejos de cerrarse. A pesar, de la absolución de Trump ante el senado norteamericano, el relato que rodea la verdad del caso ucraniano continúa sin terminar. El final de este juicio podría ser el comienzo de una larga investigación que mantiene convida todas las dudas que rodean a la conducta del presidente en su relación con Ucrania. Este tipo de secuelas representa una carga política para el partido republicano.
Por otro lado, los demócratas no tienen un camino fácil en estas elecciones que se aproximan, ya que, de manera desorganizada, han incrementado el número de precandidatos a la presidencia. Dentro de las filas del partido demócrata no se encuentra un perfil femenino o una persona de color que se ajuste a la cara de la nueva generación del ala liberal.
La oficina del censo, en los Estados Unidos, ha arrojado datos que pueden influir en las elecciones de noviembre de este año y se señala,cómo parte del electorado de los Estados Unidos se ha transformado en los últimos años. Por ejemplo, una marcada disminución de la población blanca de clase trabajadora ha decrecido en los últimos años, los blancos sin título universitario disminuyeron del 54% del voto total en el año 2000 al 44% en 2016. Esto demuestra que existe una sociedad cada vez más educada y por lo tanto más informada yque es difícil de engañar. Asimismo, hay un incremento en los grupos minoritarios que representan a una diversidad racial que se viene extendiendo en estados, como Michigan y Pennsylvania, que controla el ala conservadora de los republicanos.
Lo cierto es que los demócratas deben de replantear su estrategia electoral y evitar alcanzar triunfos en estados que los republicanos tienen ya ganados como es el caso de Texas, Indiana, Wisconsin y Ohio donde la clase blanca trabajadora predomina y encuentra a su máximo representante en el presidente Trump. El reto que tienen los demócratas es recuperar Florida, que Obama ganó en 2008 y 2012, Pennsylvania y Michigan donde las minorías étnicas han venido en aumento y que se encuentran a disgusto con la figura de Donald Trump y que cuenta con un porcentaje de aceptación entre 39 y 36 puntos. Estos datos abren una brecha de oportunidad para que los demócratas puedan alcanzar los 270 votos requeridos para ganar el colegio electoral y por ende la presidencia.
El camino que tiene que recorren el ala liberal de los demócratas para recuperar la casa blanca no es nada fácil, pero aún detrás de toda derrota se abren oportunidades que hay que aprovechar.