Política

Gentrificación

Gentrificación le llaman. En realidad no es otra cosa que xenofobia velada con una justificación moral que, en prácticamente todos los casos, alude a un pretexto cultural. Este término, que surge de la voz inglesa “gentrification”, se refiere al proceso por el cual un barrio o sector de una determinada ciudad experimenta una transformación económica y social, generalmente ligada a la llegada de habitantes con mayor poder adquisitivo, lo que conlleva un aumento en el costo de la vida y cambios en la cultura local. En el caso de México, sin embargo, este proceso se ha vinculado casi exclusivamente a la llegada de extranjeros, casi todos nómadas digitales o ejecutivos, que han impactado la vida de innumerables barrios del país.

La gentrificación se ha vuelto una queja constante en México, argumentando una interminable lista de justificaciones, algunas más sensatas que otras, pero que todas acaban en lo mismo: la presencia de extranjeros en los barrios mexicanos molesta e incomoda de sobremanera. Se acusa a los recién llegados de afectar los precios, de diluir la cultura local y de imponer costumbres ajenas que, a menudo, son percibidas como invasivas o despectivas hacia las tradiciones nacionales.

Esto es algo que me llama fuertemente la atención por su doble moral. Todos los mexicanos nos enfurecemos cuando nos tratan mal en el extranjero y argumentamos que los migrantes mexicanos aportamos muchísimo a los lugares a los que llegamos, por lo cual deberíamos de ser apreciados en vez de atacados. Y, sin embargo, al mismo tiempo, bajo la bandera de la gentrificación, nos molesta profundamente que lleguen extranjeros a nuestros espacios, que es exactamente lo mismo que denunciamos sufrir cuando nosotros llegamos a otro lado.

Este es un tema muy sensible. Durante años he sostenido que el fenómeno de la migración siempre se quiere compensar y mitigar victimizantemente desde el lado del migrante que llega, pero nunca desde el impacto que estos migrantes tienen sobre las comunidades receptoras. Es urgente intervenir a varios niveles en los lugares que reciben migrantes de cualquier nivel social,  para que su impacto sea menos traumático para todos. El escándalo por la hoy famosa gentrificación es el mejor ejemplo de la falta de atención a un choque predecible.

Por lo pronto, tendremos que seguir soportando acusaciones mutuas tanto acá como allá, porque siempre que se juntan culturas diferentes, si no hay procesos de acompañamiento y compensación, lo diferente parecerá chocante, amenazante y peligroso. Necesitamos estrategias concretas para gestionar que la migración garantice beneficios bidireccionales que enriquezcan la vida tanto de los recién llegados como de los residentes originales. Y hasta aquí el escándalo cultural de tu Sala de Consejo semanal.


Google news logo
Síguenos en
Arnulfo Valdivia Machuca
  • Arnulfo Valdivia Machuca
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.