En las últimas semanas se ha desatado una polémica sobre la suerte de Venezuela, cuyo gobierno enfrenta una severa crisis que lo mantiene al borde de la desaparición. Algunos apuestan a que Nicolás Maduro Logrará vencer los obstáculos impuestos desde diferentes flancos. Sin embargo, hay señales de que la dimisión sólo es cuestión de días.
Venezuela era un país y progresista, con reservas de petróleo, aún principal fuente de divisas y sostén de la población, cansada hasta el hartazgo de los excesos de sus mandatarios, circunstancia aprovechada por Hugo Chávez para hacerse del poder. Pero una vez en él, se emborrachó con sus efectos y cometió todos los excesos.
Declaró que su gobierno era comunista y confiscaba todo lo que le hacía estorbo, con una displicencia inusual. A veces, por mero capricho. Las clases marginadas se manifestaban a su favor mientras recibían ayuda, hasta el día en que el dinero comenzó a escasear y la gente a huir hacia otros países, en busca de salvación.
A su muerte, debido a un cáncer agresivo, determinó que su sucesor fuera su leal servidor, Nicolás Maduro. Éste se convirtió en una continuación de lo mismo. Siguió el camino trazado, hacia el empobrecimiento del pueblo. Llenó las cárceles de presos políticos –278 en diciembre--, a quienes hacía torturar para luego negarlo y hasta castigar a sus torturadores, para presentarse bondadoso con la sociedad.
Muchos gobiernos del mundo voltearon los ojos e iniciaron críticas agrias. Censuraron lo que era notorio, como el empobrecimiento de los venezolanos, la represión a los medios, deserción escolar, escasez de alimentos y muchos otros fenómenos que se extendieron a lo largo y ancho del país.
Estados Unidos decidió actuar, al reconocer a Juan Guaidó, autoproclamado presidente y acusador de Maduro de usurpar el poder, que ganó en mayo pasado en elecciones consideradas fraudulentas porque sólo el último conoció el resultado y en las que no participó la mayoría de la oposición.
Otros países latinoamericanos se sumaron en contra de Maduro, como el Grupo de Lima, aunque algunos de corte populista se pronunciaron a favor.
Estados Unidos comenzó a ejercer medidas verdaderamente drásticas para acorralar a Maduro y obligarlo a dimitir, como el congelamiento de pagos a la petrolera venezolana (PVDFSA), mientras el Reino Unido secunda, con la negación de un préstamo de 1.2 mil millones en oro.
Venezuela con esperanza
- Perfil Mexiquense
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Armando Ríos Ruiz
Ciudad de México /