Botánica por derecho propio

¿Cuántas cosas estaríamos dispuestos a realizar con tal de alcanzar nuestras metas y propósitos? Quizá desde simular algo que no corresponde a nuestra fisonomía, quitarnos la edad, cambiar nuestra apariencia, o incluso fingir ser del sexo opuesto para ingresar a una universidad o desarrollar un trabajo.

Existen registros de mujeres que simularon ser hombres vistiendo como tal, para acceder a una universidad o para expresar su intelecto en obras artísticas, y  superar las dificultades que por ser mujeres, implicaba ingresar a los centros del conocimiento, participar en espacios de decisión, o incluso lograr el reconocimiento por el trabajo en igualdad de condiciones.

 Aun así las aportaciones femeninas en diversos campos siguen vigentes y forman parte de un legado a la humanidad.

Entre ellas recordemos a Ada Lovelace (1815-1852) primera programadora de ordenadores que publicó sus trabajos bajo iniciales, ocultando su condición femenina. De la misma manera la brillante y prolífica escritora Amantine Aurore firmaba sus obras bajo el seudónimo de George Sand y para la vida social, vestía ropa masculina.

Soldados, médicos, botánicos, abogados, escritores, arqueólogos entre muchas otras profesiones que cursaron mujeres haciéndose pasar por hombres.

Dentro de este cúmulo de mujeres inteligentes, decididas y valientes, se encuentra la botánica Jeanne Baret (1740-1807) “la mujer de las hierbas” como se le conocía quien vestida como hombre ¡dio vuelta al mundo en barco! Un lugar prohibido para las mujeres, pues era creencia que acarreaban males y desgracias.

Con pocos estudios y gran capacidad de observación se convirtió en experta botánica, participando en una expedición del gobierno francés que buscaba nuevos territorios e identificar su flora. Así Jean, con nombre masculino, descubrió una planta trepadora en Brasil a la que, honrando al jefe de la expedición, Antoine de Bougainville, le llamó Bugambilia, planta que adorna muchos espacios en nuestro país alegrando la vista y que es parte del registro de más de 6 mil nuevas plantas.

Jeanne consolidó su carácter como científica y fue contra viento y marea Botánica por derecho propio.