En este mes patrio, con todo y las restricciones sanitarias, festejamos cómo fue posible el orgullo de ser mexicanos, pertenecer a nuestra gran nación con todo lo que nos ofrece su gastronomía, historia, cultura y todo lo que construye nuestra identidad nos hace sentirnos orgullosos y lo celebramos año con año en estas fiestas.
Sin embargo, en los diversos festejos y motivos no existe una declaración clara y contundente sobre el orgullo que nuestra gran biodiversidad merece y que poco conocemos o valoramos, siendo que de la biodiversidad varias comunidades tienen su ingreso y todos la posibilidad de la vida.
En el escudo nacional encontramos especies que son comunes y familiares como el nopal o que son referencia de múltiples sucesos como el águila y la serpiente. Sin embargo, si vemos una serpiente lo que primero se nos ocurre será eliminarla por precaución y ni se diga si nos topamos con un águila.
Esta forma de percibir el recurso natural nos lleva a la triste realidad de que aunque nuestro país se encuentre entre los 17 megadiversos del mundo, tengamos especies endémicas con un gran valor cultural, histórico y biológico en peligro de extinción.
Una de ellas es el ajolote que desde la época prehispánica se le consideraba como el hermano gemelo de Quetzalcóatl, y actualmente por su capacidad de regeneración es sujeto de investigación, sin embargo, su entorno natural se encuentra contaminado y se restringe cada vez más la posibilidad de su existencia.
El conejo teporingo, zacatuche o conejo de los volcanes es una especie endémica que por el crecimiento de la mancha urbana y cultivos extensivos tiene también amenazada su existencia, la biznaga de la que se obtiene el tradicional acitrón que ha sido referencia hasta en canciones infantiles también se encuentra amenazada por la desmedida extracción y sobreexplotación con fines comerciales.
Otro representativo ser vivo y motivo de orgullo de los mexicanos y de ancestral arraigo en las culturas prehispánicas es el jaguar del que quedan aproximadamente 4000 ejemplares.
México es un país megadiverso, ocupa el quinto lugar en variedad de plantas y anfibios, el tercero en mamíferos y el segundo en reptiles, son todos motivos para sentirnos orgullosos y más orgullo será si somos capaces de realizar acciones para mantener el privilegio de la rica biodiversidad en nuestro territorio mexicano.
Arlette López Trujillo
Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM