Para seguir con el tema “Rumbo al Ariel 2025”, en esta semana pude ver la película nominada a mejor cortometraje de animación “La carretera de los perros” y platicar con su director Carlos Rueda. Fue un experiencia enormemente grata que me confirmó que la presencia de dos cortometrajes de animación jaliscienses entre los nominados es más que justificada. “La carretera de los perros” es un filme con un tema urgente y una narrativa, estética y hechura de gran calidad.
Un elemento atractivo es su historia, es decir el guión, que no pierde tiempo en antecedentes, la descripción del contexto y una introducción explicativa. Lo que muestra el corto es una situación y una acción: Un baldío utilizado como huesero al lado de una carretera transitada, un coche parado en el terreno y un joven que abandona a su destino a un perrito que venía en la cajuela. Esa mínima “historia” de pocos minutos está, sin embargo, narrada con elementos tan cargados de significado que convence y conmueve profundamente. Narrada con un mínimo de planos y movimientos, permite que el espectador complete la historia y reflexione acerca del porqué un ser humano sería capaz de abandonar una criatura tan inofensiva, fiel y juguetona por la que, además, siente apego.
Los elementos tecno-estéticos que utiliza el cortometraje construyen en realidad el significado del corto que prescinde del diálogo y cualquier tipo de comentario verbal. Los discretos sonidos de una guitarra y el ruido de la carretera acompañan la perspectiva del pequeño perro que percibe el mundo y los sucesos a su estatura. Salvo en un par de planos que observan la escena desde la distancia, la imagen se centra en los movimientos, las expresiones y gestos de los personajes. Como en el plano inicial que muestra frente a la cajuela abierta de un carro, una parte del torso de un joven en suéter color rosa que está en espera de que el protagonista, un perrito café con hocico blanco y grandes ojos, brinque al piso. Por cierto, nunca vemos el rostro del joven con el suéter rosa, ni en lo que sucede en el baldío ni en un flash back que lo muestra en una fiesta.
A través de la técnica de animación 3D y VFX –que combina un entorno real grabado con trabajo digital de personajes, gestos y movimiento –el guionista, realizador y animador Carlos Rueda, creó un cortometraje compuesto de planos fijos que se centra en los ojos, la gestualidad y los movimientos del perro que, después de entregarse al juego con su amo, descubre un mundo de abandono, peligro y seres lastimados. Debajo de las carcasas de coches vive una manada de perros y la pequeña pelota roja de la que el amo se sirve para alejar a su perro, se convierte primero en botín de la manada y después en muestra de empatía hacia el nuevo integrante de la comunidad perruna.
Después de su estreno en el FICG 2024 “El callejón de los perros” se fue de viaje para participar en festivales. Para los cinéfilos jaliscienses es un enorme logro que regrese a México y forme parte de los nominados al Ariel por Mejor Cortometraje de Animación. Por cierto, como segunda animación jalisciense junto a “Dolores” de Cecilia Andalón.