Cultura

Flow

  • La pantalla del siglo
  • Flow
  • Annemarie Meier

Si algo admiramos en los gatos además de su enigmática elegancia y belleza, es su espíritu independiente. Bueno, por lo menos en apariencia ya que los que hemos convivido con un gato sabemos que entre ellos, nosotros y demás habitantes de un hogar, se tejen lazos muy fuertes. Cuando salimos de viaje, por ejemplo, nuestro gato deja de comer y cuando regresamos y lo saludamos con alegría nos muestra su resentimiento y castiga con mantenerse alejado. La fama de su carácter independiente e individualista vuelve al gato un protagonista ideal para un relato de lucha por la sobrevivencia. Lo que la película de animación Flow le agrega es la necesidad de superar la lucha individual con estrategias grupales desarrolladas por un equipo en el que cada miembro participa con su talento especial.

Realizada como coproducción entre Letonia, Bélgica y Francia, Flow ha despertado el la admiración del público, ha ganado premios y está nominada a Mejor Largometraje de Animación para los premios Oscar 2025. Su realizador letón Gints Zilbalodis sorprendió con una obra de bajo costo, emocionante, poética y dirigida a todas las edades. La belleza y el suspenso de su animación y el hecho de prescindir por completo del diálogo que humaniza a los animales, obliga al espectador a centrarse en el relato visual que narra acerca de la lucha por la supervivencia en una catástrofe natural y la necesidad de hacer equipo para superarla.

A los pocos minutos de conocer el expresivo gato de ojos amarillos, observamos cómo una inmensa ola invade la tierra y arrasa todo a su paso. La causa de la inundación y el destino del ser humano, no se muestra. Sólo nos damos cuenta que existió por las ruinas de la civilización que ha sido exterminada. Los que sí sobrevivieron son los animales que se resguardaron del diluvio al subirse a lo que sobrepasaba o flotaba en el agua. Para nuestro gato es un velero sin piloto que, como isla flotante, comparte con un perro, un mapache, un lémur y una garza. Un interesante grupo de individualidades ya que el perro, según su naturaleza busca la compañía, el mapache colecciona utensilios brillantes, el lémur se la pasa dormido y la garza es dueña del aire y los cielos. Los únicos animales que disfrutan y sacan provecho de la inundación son los peces y unos monstruos de mar que, como las ballenas, dominan las aguas.

Como en todo relato de sobrevivencia, el gato se enfrenta a peligros que tiene que superar. Sobre y dentro del agua reconoce el tamaño del diluvio y, elevado por las garras de un pajarraco sobrevuela bosques, praderas y ruinas mientras que el silencioso movimiento del velero lo lleva por las ruinas de una ciudad. Sus viajes nos recuerdan el Arca de Noé y El maravilloso viaje de Nils Holgersson de la escritora sueca Selma Lagerlöf. El gato sobrevive ya que aprende a nadar, pescar y trabajar en equipo.

Mientras tanto los espectadores aprendemos a leer los gestos y ruidos de los animales, percibimos sus gustos, el miedo y el valor y escuchamos sus ruidos, el crujir de la madera y el fluir del agua. Con su ritmo y movimiento continuo, Flow y su animación creada por la plataforma de código abierto Blender, mantiene el suspenso, despierta admiración y habla del fluir del agua, el tiempo, la relación con los demás y la vida.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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