Es el miércoles 17 de agosto, por la mañana, está nublado y hace frío, el autobús se detuvo al llegar a Tlaxcoapan, Hidalgo para la Feria de la Espiga en el pueblo de origen náhuatl, nombrado Juego de Pelota al otro lado del río.
Después de un rato la maestra jubilada que pasó su vida laboral en la Sierra Norte de Puebla y las cercanías de las Pirámides de Teotihuacan, vio llegar a los demás profesores jubilados del estado, bajaron a desayunar antojitos y más tarde fueron recibidos por las autoridades y los jubilados del lugar , lo hicieron en su dialecto Yañu y los invitaron a pasar guiados, por la banda del pueblo.
Formada en las aceras la gente les aplaudió y lanzó porras durante el camino hasta la plaza llena de palmeras, ahí los profesores admiraron las alfombras de aserrín y flores, comieron gorditas, recorrieron el pueblo y en todos lados recibieron muestras de respeto por su oficio.
Muchas de las amigas de Chayo, y ella misma, llegaron de otros estados cuando tenían 18 años, las mandaron desde Sonora, Coahuila y Durango a tierras desconocidas por completo, aprendieron una nueva cultura, dialectos serranos, formas de conducta, a comer manjares como el pollo en chilpitil, la barbacoa de pozo, el delicioso consomé de borrego, los pastes… y se quedaron allá, a enseñar a los niños que a veces caminan horas para llegar a la escuela, como en Piedras Encimadas, Puebla.
Luego fueron a comer tostaditas de requesón, arroz con carnitas y cueritos, al final barbacoa y consomé. Para amenizar tocó la Orquesta Infantil del poblado y un profesor recitó “Reir llorando”, les obsequiaron un recuerdo y les pidieron que regresaran.
Estos homenajes al oficio de ser maestro, al jubilado que dio su vida en la educación de los niños nahuas, otomíes, totonacos y otras etnias, se repiten cada dos meses en el estado de Hidalgo. En otras partes, como el Estado de México, son cada Día del Jubilado y para fin de cursos. En Hidalgo lo maestros cooperan para el camión y pagan su desayuno.
El pueblo que los invita usa recursos del ayuntamiento y los profesores del lugar para pagar la banda, el desfile , la comida y el recuerdito. La municipalidad anuncia que van a ir los jubilados, las señoras preparan su vendimia , los jubilados rompen el cochinito para recibir a sus pares, a los que dejaron más de 30 años de su vida en aulas de adobe, madera o piedra en medio de montañas hermosas con los niños mas bellos del mundo.
Saludos a Chayo, Anabel, Irma, Cande, Gloria, Elizabeth, María, Dimna y todas esas mujeres que hoy disfrutan del merecido homenaje de sus comunidades.