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La revolucionaria iglesia católica

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  • Ángel Carrillo Romero

Ese 20 de junio, disputaban un partido de beisbol llanero en la comunidad tarahumara de Cerocahui en el estado de Chihuahua a casi seis horas de la capital. 

Las bebidas alcohólicas y seguramente el consumo de drogas derivaron en un enfrentamiento armado que acabó con la vida de varias personas, entre ellas dos sacerdotes jesuitas.

Hasta la iglesia del lugar llegó herido de muerte Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, un guía local de turistas y detrás de él, su ejecutor. 

Las autoridades aseguran que se trataba del líder de una célula criminal que opera en el lugar, José Noriel Portillo, "El Chueco" como le apodan, iba con la firme intención de matarlo, incluso en un lugar al que de niño había asistido, un lugar que para muchos creyentes es sagrado. 

Antes de morir, Pedro pidió asilo y los sacerdotes Javier Mora y Joaquín Campos atendieron esa figura religiosa, lo acogieron a tierra sagrada y pidieron piedad, pero fueron sorprendidos por el mal encarnado en el sicario que no solamente terminaría con la vida del perseguido, sino que ignoró el llamado de los curas y también los mató. 

Hoy hace un año exactamente murieron dos sacerdotes que según sus colegas vieron crecer al Chueco, eran, todos, parte de la comunidad. No eran extraños pues.

A un año exactamente de este acontecimiento y haciendo una muy seria y severa introspección, la iglesia católica en lo particular la orden jesuita llama a la fe, pero con la justicia como cimiento para fincar la paz, recuerda sí a los sacerdotes Mora y Campos, pero se cuestiona sobre los 156,136 muertos que ha dejado el sexenio en curso, cifras reconocidas por Palacio Nacional y el INEGI, cifras históricas que no había tenido el país ni en los tiempos más aciagos de Calderón y Peña Nieto, la iglesia católica se plantea hoy retos que no vivía desde la persecución cristera. 

Primero que México es el país más peligroso para la práctica del apostolado cristiano y lo avalan los nueve sacerdotes asesinados desde 2018 a la fecha, segundo y lo más importante es que sí, es escandalosamente más llamativo el asesinato de miembros de la iglesia católica, pero y los otros ¿Los que no tienen el farol? ¿Los hijos de la esquina? ¿Las y los desaparecidos? ¿Los niños que aparecen muertos en cajas? A ellos quién los voltea a ver, ellos que fueron víctimas del sueño de los justos.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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