Tras la drástica decisión de cancelar la temporada 2020 de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y después de más de 500 días desde que los Acereros de Monclova levantaron por primera vez en su historia, la Copa Zaachila, trofeo que acredita al campeón de la Liga, los ahora 18 equipos se encuentran ya en etapa de Spring Training, incluso con juegos de exhibición ya en desarrollo y sus respectivas concentraciones.
Para esta otra vez atípica campaña del circuito veraniego, la pretemporada resulta igual de singular, toda vez que por principio de cuentas se tiene que seguir al pie de la letra el “Plan Diamante”, anti covid-19 implementado por la LMB y las autoridades sanitarias.
Ahora pareciera que han quedado de lado los juegos de exhibición en comunidades pequeñas y en ocasiones hasta en lugares rurales, todo esto para tener “emburbujados” a los peloteros y así evitar brotes de contagios en esta nueva normalidad.
Es por ello que ahora se han implementado calendarios regionalizados con respecto a los juegos de pretemporada por lo que desde la próxima semana se incrementarán esta clase de compromisos.
En mis terruños, con los Tigres de Quintana Roo, que apenas cumplirán su primera semana de Spring Training, tomarán parte de las llamada Liga del Sureste y una Copa Maya, ante rivales como Leones de Yucatán, Piratas de Campeche y Olmecas de Tabasco. Todo en el sureste del país.
Los demás equipos de la LMB a están haciendo prácticamente lo mismo con los clubes cercanos a sus plazas y así no salir de su zona geográfica.
Recuerdo cuando trabajé exitosamente en la organización felina, les platico que es muy interesante armar una pretemporada desde las oficinas, y el objetivo fuera de la preparación era poder llevar al club a un contacto más directo con su afición en lugares muchas veces impensables que podrían acceder a un juego de Liga Mexicana.
Y es que hay que definir el lugar para realizarla, planear logística de arribo de peloteros, hospedajes, alimentos de jugadores y cuerpo técnico, firmas de contratos, así como cierre de patrocinios, intercambios, arreglos con medios de comunicación y muchas cosas más, es por demás apasionante y muy exigente.
Y claro, conseguir los rivales para cuando menos tener una docena de juegos de exhibición en el mes de preparación.
Durante mi estancia en Tigres, la mayoría de las pretemporadas fueron en Cancún, pero recuerdo bien un par de ellas que se dieron fuera, una en Compostela, Nayarit, y otra en Tucson Arizona, ambas de más de un mes.
Y otra más llamativa con juegos de preparación en Texas, incluso con visitas a equipos de Grandes Ligas, como en 2012 a los Diamondbacks de Arizona en Chase Field y frente a Rangers de Texas en Globe Life Park en 2014; teniendo algunas veces Laredo, Texas como base.
Sin duda, la preparación de un equipo en estos tiempos del año beisbolero siempre es y será de gran importancia para el cuerpo técnico y mánager, donde saldrá el roster final para enfrentar la temporada regular.
No solo se juega por jugar los juegos de preparación, poner física y mentalmente a los beisbolistas para iniciar la ruta y tener un buen torneo o en su caso dependiendo los objetivos reales de cada club iniciar el camino para la obtención de un campeonato, desde aquí se inicia el trayecto con trabajo duro, disciplina, orden y mucha responsabilidad deportiva.
Amador Gutiérrez Guigui
Twitter: @AmadorG_G