Hasta para ser oposición hay que tener gracia. ¡Ahora resulta que Andrés Manuel López Obrador es el responsable de la guerra en Ucrania!
No, pero espérese. Se pone “mejor”: ¡Ahora resulta que las conferencias “mañaneras” tienen que dedicarle cuatro horas a ese conflicto porque si no, AMLO es un irresponsable!
En buena onda, ¿no se dan cuenta de que con acciones como ésta echan a perder lo que habían conseguido?
Es que ya no estamos hablando ni de corrupción, ni de ineptitud ni de incongruencias. Ahora estamos hablando de odio. Y cuando hay odio en estas historias, las audiencias se ponen del lado de la víctima.
Sí, los enemigos de AMLO, en su afán por destruirlo, lo están volviendo a victimizar y eso los coloca en una posición terrible.
¿Qué tal si toda esa historia del hijo del presidente, sea cierta o no, está condimentada con ese mismo rencor?
¿Qué tal si todo ese escándalo del “parque de diversiones” igual se hubiera dado con otro presidente?
Entonces López Obrador no es tan malo como nos lo están dibujando. Entonces todo esto es un “montaje”.
¿Se fija todo lo que pasa cuando la oposición pierde el piso? Vuelvo a ver las columnas, los tuits y los “debates”, y todavía no lo puedo creer.
Ya no es información. Es como campaña de desprestigio, el “primo hermano” de los cercos informativos.
Ahora el balón está del lado del presidente y la nota ya es la nota. La nota es que AMLO es un genio como guía de turistas, que conoce a profundidad los rincones del Palacio Nacional y que cuando acabe su sexenio se va a retirar de la vida pública.
¡Solitos! ¡Los opositores aniquilaron lo que habían construido solitos!
Porque, además, como veníamos de este asunto del presidente atacando a los periodistas, con todas estas acciones la prensa pierde su posición heroica para ocupar una de villana, de rencorosa, de “con razón me están atacando”.Sí hay que tener mucho cuidado con las narrativas, especialmente hoy cuando la información fluye tan rápido y con un volumen tan impresionante.
Yo no le voy a dar clases de periodismo a mi gremio, pero si hay algo que debo poner sobre la mesa:
La que era noticia ayer, por más que cumpla con los requisitos que nos enseñaron en nuestras universidades, caduca muy pronto y, por lo mismo, es imposible sostener un escándalo, sobre todo cuando las partes involucradas ya no tienen para dónde avanzar.
Lo que se está viviendo en Ucrania es fundamental, pero amerita una cobertura diferente a cualquiera que hayamos visto en los últimos 100 años.
El tema no es AMLO, el tema es: ¿qué está haciendo la prensa mexicana para ponerse a la altura de este conflicto? ¿Dónde están las innovaciones periodísticas?
Innovaciones en fondo y en forma. Muy bonita su tecnología, pero si no se usa como sustento de un mensaje, no sirve de nada.
Me parece lamentable que estamos mirando esto como si viviéramos en 1939 y que las redes sociales, en lugar de ofrecer una perspectiva digna de 2022, estén haciéndole el caldo gordo a otras instancias jugando a la “Tercera Guerra Mundial”.
No, señora. No, señor. Esto va por otro lado y amerita una narrativa que nuestros especialistas, por andar perdiendo el tiempo en sus rencores personales y corporativos, no nos están dando. ¿O usted qué opina?
Álvaro Cueva