Política

AMLO y el Grito

¿Qué le pareció a usted la ceremonia del Grito de Independencia de este año? ¿Le gustó? ¿Le disgustó? ¿Estuvo de acuerdo? ¿Sí? ¿No?

Por favor dígamelo a través de las redes sociales porque yo me siento profundamente orgulloso y conmovido por lo que sucedió esa noche en el Zócalo de la Ciudad de México.

Por un lado, Andrés Manuel López Obrador reinventó El Grito convirtiéndolo en algo más que una tradición, transformándolo en una arenga para las mujeres y los hombres de hoy, del futuro.

Y, por el otro, aquella fiesta que a fuerza de tanto efectuarse se había convertido en algo hueco, se reposicionó con un evento artístico de corte social con la participación de Los Tigres del Norte.

¡Qué valiente el presidente de México! Desde que Porfirio Díaz cambió las fechas para ajustarlas a su cumpleaños, nadie se había atrevido a meterse con esta celebración.

López Obrador comenzó saludando a las mexicanas y a los mexicanos, homenajeó a La Independencia, a Hidalgo, a Josefa Ortiz de Domínguez, a Allende, a Leona Vicario, a Morelos y a Guerrero.

Y justo cuando nadie se lo esperaba, pidió un viva para los héroes anónimos. ¿Se da cuenta de la belleza de esto?

No, pero espérese, porque a partir de ahí AMLO puso sobre la mesa una serie de valores que potenciaron la ceremonia.

Fue un viva la libertad, un viva la igualdad, un viva la justicia, un viva la democracia, un viva la soberanía, un viva la fraternidad universal y un viva la paz.

Cada una de estas frases amerita un análisis muy serio porque manda mensajes muy específicos hacia el interior de la nación y porque coloca a México en una posición privilegiada a nivel discurso en el contexto internacional aprovechando los reflectores que un evento así convoca año con año.

Luego vino lo mejor. Con los medios de comunicación, las redes y las multitudes desbordadas, Andrés Manuel López Obrador sorprendió a todos cambiando el grito de viva por el de muera y dijo: “Mexicanas, mexicanos, ¡muera la corrupción!”

En ese momento el país entero se pudo haber quedado callado. En ese punto los asistentes a ese evento se pudieron haber desconcertado, decepcionado y simple y sencillamente no hacer nada.

¿Pero qué fue lo que pasó? Tomaron más fuerza que antes y con un convencimiento histórico, con una euforia desbordada, todas y todos gritaron ¡Muera!

Fue increíble. Como si lo hubieran estado esperando. Los rostros se iluminaron. Los ojos brillaron.

Y después de aquel primer muera vinieron ¡Muera el clasismo! y ¡Muera el racismo!

No sé usted, pero yo, en esa parte, me comencé a preguntar: ¿cómo le va a hacer AMLO para rematar esto tocando la campana y moviendo la bandera? Evidentemente no lo puede hacer con un muera, ¿o sí?

Más me tardé en preguntármelo que el presidente en responderme con otros gritos inesperados: ¡Vivan los pueblos indígenas! ¡Viva la grandeza cultural de México!

Quiero que entienda la perfecta secuencia lógica de ideas, de cómo pasamos del clasismo y el racismo a este reconocimiento a nuestros pueblos originarios y a algo que nunca había aparecido en esta clase de festejos: la cultura.

Obviamente, después de este gigantesco viaje por tantas ideas y tantas emociones, por tantos vivas y tantos mueran, el cierre tenía que ser, tres veces, ¡viva México! Y así fue. Y no pudo haber sido más importante.

Quiero ver, a partir de 2023, cómo se va a comenzar a gritar muera en las diferentes ceremonias de las alcaldías, estados y embajadas de la nación.

Quiero ver el impacto de la inclusión de todos estos elementos, de nuestros pueblos indígenas y de la cultura. Aquí va a pasar algo. De mí se acuerda.

Pero no puedo dejar de mencionar el simbolismo de haber tenido esa noche a Los Tigres del Norte en el Zócalo.

Más allá de que estos genios de la música representan una historia de éxito, migración y cultura, fue gratis. Para todas, para todos. Gratis. ¿Así o más hermoso?

¿Y qué me dice del trabajo de los medios públicos “unidos por las audiencias” en esa transmisión monumental con trabajo en estudio, en vivo, más todo lo que se trabajó antes, durante y después desde tantos lugares y con tantos reporteros, analistas y conductores de tantos perfiles tan valiosos, tan diferentes?

¡Felicidades! No lo puedo decir de otra manera. Sería injusto. Sería enfermo.

¿Qué le pareció a usted la ceremonia del Grito de Independencia de este año? ¿Le gustó? ¿Le disgustó? ¿Estuvo de acuerdo? ¿Sí? ¿No?

Por favor dígamelo a través de las redes sociales porque yo me siento profundamente orgulloso y conmovido por lo que sucedió esa noche en el Zócalo de la Ciudad de México. De veras que sí.

Álvaro Cueva

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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
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  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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