Espectáculos

El amanecer de 'Amanecer'

¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¿Se acuerda que el lunes pasado le dije aquí mismo que “Amanecer” iba a ser la mejor telenovela de Juan Osorio?

Deje usted el tamaño de novelón. Se la ha pasado rompiendo con todos los niveles de audiencia desde que comenzó alcanzando, en muy pocos días, cifras que antes sólo se alcanzaban en los grandes finales dominicales de las producciones más populares de México.

No, pero espérese. Se pone mejor. Este éxito también se está dando en Estados Unidos donde Univision, gracias a este lanzamiento, por fin consiguió destronar a Telemundo.

¡Qué “Velvet” ni que nada”! Las latinas y latinos de Estados Unidos están felices con este melodrama seriado.

¿Por qué? ¿Qué tiene de especial esta producción de TelevisaUnivision? ¡Todo!

En verdad estamos volviendo a las grandes telenovelas estelares. Gran historia. Gran adaptación. Gran reparto. Grandes actuaciones. Gran dirección. Grandes valores de producción.

Le voy a dar un dato que hace la diferencia: “La mujer que no podía amar” (“Monte calvario”, “Te sigo amando”, “La que no podía amar”), la obra maestra de la escritora Delia Fiallo en la que está inspirada este éxito, tenía un problema.

Era capacitista. O sea, promovía el odio hacia las personas con discapacidad. Perdón si le rompo el corazón a mucha gente pero se tenía que decir y se dijo.

El fabuloso equipo literario detrás de esta versión, encabezado por Pablo Ferrer, Santiago Pineda y Martha Jurado, fue tan sabio que con una maestría admirable, le dio un giro a eso obsequiándonos una telenovela sin ningún problema de ningún tipo.

Tan es así que el personaje de Leonel (Fernando Colunga), que antes era malo malísimo de malolandia, ahora es un hombre del siglo XXI increíblemente profundo que cualquiera puede entender y con el que muchos podemos conectar.

Este señor, que hace lo que hace porque tuvo un padre particularmente horrible y porque está herido a niveles alucinantes, no sólo amó a su esposa como nadie, no sólo aceptó ser el padre de los hijos de otro, no sólo ha sido el patrón más justo de la región.

¡Va y se mete a lo más denso de un incendio a salvar a sus hijos!

Toda esa secuencia fue absolutamente magistral. Hubo una toma donde el pobre de Leonel se veía como Jack Nicholson en “El resplandor”. ¡Increíble!

Fernando Colunga dio cátedra de actuación pero los que no tuvieron perdón de Dios de tan maravillosos fueron los niños.

Mía Fabri, la chiquitita Paulina, va a ser la Lucero del futuro. Se lo digo muy en serio. Y ese pequeñito que interpreta a Gus, el hermanito, de nombre Dante Aguiar, tiene una madera de actor como de Damián Bichir.

Y cómo no si además de su indiscutible talento es alumno de la mejor “coach” de actores infantiles de todo México, la maestra Paloma Arredondo.

No lo pierda de vista como tampoco debe perder de vista a Daniel Elbittar, Nicola Porcella y Ana Belena.

Daniel, cuyo personaje tiene más cicatrices en el pecho que Batman en la más violenta de sus películas, está haciendo una interpretación de alarido.

Jamás imaginé verlo como lo estoy viendo aquí. ¿Y sabe qué? Se le agradece porque ahí es donde uno se da cuenta de quién es actor y quién no.

Por cierto, ¿es mi imaginación o Nicola Porcella ha crecido como nadie? Deje usted la riqueza de su personaje de Camilo. Verlo oscilar entre las escenas de baile y las de faje sí es épico.

A propósito de experiencias épicas, ¿no le parece extraordinaria la transformación de Ana Belena? Ana venía de ser la niña buena más buena de todas las niñas buenas en “Amor amargo”.

Ahora es Atocha, una villana de ésas que da gusto ver cómo levantan la ceja y amarran a los hombres como Íñigo (Ernesto Laguardia) en absoluta perversión maligna.

La adoro casi tanto como a María Rojo, a Blanca Guerra y a Julieta Egurrola.

María se va a llevar el premio a la primera actriz del año. No doy crédito de lo que es capaz de hacer hasta con la respiración. ¿La vio espumando el chocolate? ¡Hasta para eso es buena actriz! ¡Bravo!

Blanca Guerra, ¡Dios de mi vida! ¿Cómo se puede ser tan hermosa, tan señora y tan maldita? Covadonga va que vuela para ser uno de esos personajes que harán historia.

Lo de Julieta Egurrola es particularmente especial. Su personaje de Leticia apenas salió el viernes pasado y ya me dan ganas de aplaudirle. Hay una contundencia en su manera de decir los parlamentos que las audiencias que amamos las telenovelas agradecemos.

Se llama tono y es la única y verdadera clave de este negocio. Quien domina el tono domina al mundo y todas y todos, en “Amancer”, son expertas y expertos en tono.

Por eso, cuando el capítulo del viernes pasado acabó, usted, millones de personas y yo, en todo México y en todo Estados Unidos, gritamos enloquecidos.

Hace mucho que no teníamos un final de viernes que pareciera final de viernes.

Hace mucho que una telenovela no era capaz de unirnos. ¡Qué bendición tan grande que justo ahora que hay tantas cosas tratando de separarnos, venga una producción de Juan Osorio a unir a nuestros dos países!

Luche con todas sus fuerzas por seguir viendo “Amanecer” todas las noches en Las Estrellas, Univision y VIX. Le va a gustar. De veras que sí. ¡Felicidades!


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • [email protected]
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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