Emociones fuertes. Mucho amor, mucho amor, mucho amor, pero “Amanecer” es la telenovela de las emociones fuertes.
¿Por dónde quiere que empiece? ¿Por Amapola (Catherine Siachoque) protagonizando la versión corregida y aumentada de “Maldita lisiada” tratando de ahogar a Alba (Livia Brito) arrojándola con todo y silla de ruedas a una alberca o por Covadonga (Blanca Guerra) coqueteándole a un sacerdote?
¿Por Íñigo (Ernesto Laguardia) dándole de latigazos a Amapola frente a toda la hacienda o por Sebastián (Daniel Elbittar) inyectándole veneno a Julia (Andrea Legarreta) para sorpresa de todos?
Yo siempre supuse que Julia (Andrea Legarreta) iba a regresar para atormentar a Leonel (Fernando Colunga). Se lo escribí aquí mismo la semana pasada. Pero nunca imaginé lo que iba a suceder con ella.
Regresó, pero con las patas por delante. La mataron horrible y Andrea Legarreta se aventó una de las mejores actuaciones de su vida. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravísimo!
No, pero espérese. No le he dicho nada porque en esta producción de Juan Osorio hay algo así como un mundo psicoanalítico.
Paralelamente a todas las cosas emocionantes que están pasando en el presente hay que sumarle todas las cosas emocionantes de las que nos vamos enterando que pasaron en el pasado y que terminan por ayudarnos a entender por qué los personajes son como son.
Se me hizo tremenda la confirmación de que Benigno (Omar Fierro), el cura del pueblo, es el abuelo de Alba y Camilo (Nicola Porcella).
Lo de que Jovita (Patricia Reyes Spíndola) era la verdadera madre de Leonel y Atocha (Ana Belena) se veía venir.
Pero lo que sí me dejó con la boca abierta fue lo de que Jovita se iba a casar con Justo (Humberto Elizondo).
¿Y qué me dice de que el padre de Sebastián y Fátima (Vanesa Restrepo) se suicidó?
Ahí está el origen de algo. Yo no creo que sea casualidad que Sebastián sea el asesino que es ni que Fátima sea una víctima de violencia de género.
Todo en estos libretos de ese gran equipo literario encabezado por Pablo Ferrer y Santiago Pineda está fríamente calculado.
¿De qué otra verdad nos vamos a enterar próximamente? ¿Ahora entiende cuando le digo que “Amanecer” es la telenovela de las emociones fuertes?
Pero nada se compara a la crueldad de Covadonga de decirle a Gus (Dante Aguiar) que no es hijo de Leonel.
Fíjese lo que está pasando aquí: tenemos asesinatos, golpes, revelaciones pero lo que más duele es que le desgracien la vida a un niño.
¡Eso es una telenovela, no tonterías! Porque a todas y a todos nos afecta el dolor de un niño. Ya sea porque somos mamás o papás, ya sea porque conectamos con nuestra infancia.
Y aquí hay que agregar un dato: la magnífica actuación del pequeño Dante Aguiar.
Tal y como le dije aquí desde que comenzaron las transmisiones de este concepto, a ese niño le espera un futuro impresionante.
Qué suerte que lo están dirigiendo Eric Morales y “Bonnie Cartas”. Qué suerte que tiene a la mejor coach de talento infantil de este país: Paloma Arredondo.
Ver a Gus frente a Leonel en la cárcel, reclamándole sus mentira, fue la experiencia más desgarradora de la semana pasada. ¡Qué manera de gesticular! ¡Qué manera de pronunciar los parlamentos! ¡Qué manera de llorar!
Y don Fernando Colunga, maestro del melodrama. Ver ahí a Leonel, preso, perdiendo al único hijo que le quedaba, y luego perdiendo al amor de su vida porque su matrimonio dejó de ser válido por la reaparición de Julia, si estuvo increíble.
Yo ya quiero ver qué va a pasar ahí. ¿Cómo le va a hacer Leonel para recuperar su libertad? ¿Cómo le va a hacer para impedir que Alba se quede con Sebastián que lo único que quiere es matarla?
Luche con todas sus fuerzas, como yo, por seguir viendo esta telenovela en Las Estrellas, Univision y VIX. Le va a gustar. De veras que sí.