Levantando la mano un poco tarde en relación con sus compañeros de aventura, es decir, la heterogénea oposición apiñada en el Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez aprovechó dos momentos para colarse a la primera línea en pos de la candidatura presidencial y ya no solo a la aspiración a la Jefatura de Gobierno de la capital: la declinación de la puntera Lilly Téllez y el portazo de Palacio Nacional a su derecho de réplica.
A partir de ahí, con un discurso poco diferente al que la caracteriza, coloquial y sazonado con majaderías, la senadora se ha olvidado de las botargas para capotear el temporal desatado desde su destape, primero con un abanico de respuestas que sorprendió a muchos, simpatizantes y críticos, sobre la asesoría detrás de ella, y después con una batería de denuncias inexplicables. ¿Por qué?
La demanda de amparo por la negativa al derecho de réplica no pudo ser más oportuna, pues la resolución judicial correspondiente permitió a la panista presentarse a la puerta de Palacio Nacional, pedir el ingreso y ser rechazada, pese al documento oficial, con todos los reflectores ahí. El golpe mediático hizo ver inocente, por decir lo menos, el episodio aquel en que otro opositor, Silvano Aureoles, se quedó sentado en un banco sobre la banqueta.
Después de ese hit, Gálvez aprovechó cada mención desde la mañanera para exhibir dotes de esgrimista, incluida su reacción al epíteto de “Señora X”, que ella usufructuó con una imagen y algunas lonas, “beneficiada” además horas después, de forma indirecta, con el cambio de nombre de la empresa Twitter.
Con todo a favor desde entonces para la senadora, el Presidente se vio fuera de balance y hasta de control, tirando toda suerte de comentarios, hasta discriminatorios, que solo abonaron a la naciente precandidatura. En una semana López Obrador hizo el milagro de crear una aspirante presidencial opositora, cosa que no ha podido amarrar en casa con Claudia Sheinbaum, sepultada por la avalancha que su propio jefe provocó.
Así el escenario, no se entiende que Gálvez se enrede en denuncias penales contra el Presidente. Si él está modelando con tanto esmero su candidatura desde la mañanera, ¿para qué carajos lo distrae? Es su principal estratega.
