Un célebre mando policiaco me decía hará cosa de cuatro años que la coordinación entre autoridades estaba mejor que nunca, debido a que los acuerdos de colaboración para las operaciones en otros estados habían permitido facilitar las estrategias de aprehensión de delincuentes que buscaban refugio fuera de sus zonas tradicionales de operación y en las que pesaban órdenes de captura en su contra.
¿Cómo creer eso, con tanto policía cómplice con el crimen? ¿Cómo asegurarse de que la solicitud de colaboración no se convirtiera en una fuga de información que ponga al tanto al delincuente? Ah, para eso hay estrategias bien afinadas entre algunos jefes policiacos y autoridades estatales, que, invirtiendo el orden de los productos, consiguen el resultado óptimo aun si se incurre en una irregularidad de procedimiento que, de salir a la luz, echa todo abajo.
Supe entonces de la aprehensión de un pillo que delinquía en la capital, escondido en un estado occidental, hasta donde las labores de inteligencia lo rastrearon. La fuerza especial para su captura fue enviada, desplegada y con el botín asegurado regresó a casa. Una vez consumada la operación, el famoso jefe se comunicó con el gobernador para pedirle el favor de firmar él o facilitar las firmas correspondientes para validar la operación de un comando policiaco en otro estado. Son amigos. Todo fluyó.
Recordé esa anécdota cuando todos fuimos testigos antenoche, con estupor, no solo del intento de detención de Javier Corral, ahora cercano colaborador de Claudia Sheinbaum, justo un día antes de la entrega de la constancia que la acredita como presidenta electa, sino de la llegada meteórica del encargado de la fiscalía, aun antes que sus policías, para impedir el procedimiento, alegando muchas horas después que no rescató a nadie, sino que impidió la acción debido a que no se había autorizado. Ah, eso sí, dijo también que Chihuahua y todos los estados cuentan con la colaboración capitalina.
Siendo evidente el timing del golpe político que intentó asestar el panismo, más allá de prejuzgar sobre los delitos que cuelgan a Corral, tampoco es ajeno a esa esfera el proceder del encargado de la fiscalía, así recite dos docenas de reglamentos y artículos para justificarse. El ex gobernador es hoy un cuadro 4T.