Invitado por la embajada china en México participé en 2014 en un encuentro de periodistas latinoamericanos en el que se debatió sobre la izquierda en la región y en el despegue económico chino, traducido ya para entonces en una zona de libre comercio y una apertura que comenzaba a inclinar ese balance de economía mixta hacia un liberalismo no visto antes: su perestroika estaba en curso.
Tren bala, desarrollo inmobiliario sin precedente, una explosión de construcciones adonde apuntaba el ojo en cada esquina de Pekín: una nación en auge que no dudaba en pregonar su éxito económico. Durante una sesión en su escuela de liderazgo de Shanghái, uno de los académicos respondió a la inquietud de qué le faltaba a China para rivalizar con los tigres asiáticos y ser la potencia desarrollada del nuevo milenio: en resumen, igualar a sus vecinos en ciencia y tecnología.
“Estamos a un paso”, comentó sin dudarlo. Ocho años después China está en el espacio y creando vacunas en tiempo real para afrontar la noche más oscura de nuestro tiempo con la pandemia. De súbito dejó de ser vista solo como maquiladora mundial para ser un referente y un fiel de la balanza en la geopolítica.
La etapa de gobierno de Donald Trump en Estados Unidos permitió ver una ecuación insólita: China abogando por el libre comercio al más puro estilo del capitalismo salvaje y Washington apostando por el proteccionismo y los subsidios, por la economía cerrada propia de los nostálgicos del siglo XX.
De aquel viaje y aquellas lecciones, quedó pendiente una respuesta en materia política. Recorriendo unas seis u ocho ciudades noté que acaso había tres estatuas de Mao Zedong. Alguien aventuró una eventual razón: cuando haya que retirarlas, habrá pocas. Por eso me resultó sorprendente que una legisladora mexicana citara en un foro reciente a Mao: por Dios, ya ni los chinos lo citan. Su perestroika está en curso y les ha allanado el camino a la modernidad y a la élite científica y tecnológica. La respuesta pendiente es: ¿para cuándo su glásnost?
Alfredo Campos Villeda@acvilleda