Una de las acciones esenciales para transitar hacia una práctica docente reflexiva y crítica lo constituye sin duda alguna la escritura de la propia práctica y de cómo se ha configurado en el espacio-tiempo. Escribir la práctica nos permite organizar la realidad que enfrentamos para comprenderla mejor, es decir, desarrollamos una narrativa pedagógica. Narrar nuestra práctica, nos da la posibilidad de explicarla mejor, de comprender esos puntos a los que no le hayamos sentido. Narramos nuestra formación, nuestra experiencia, nuestra vida personal y profesional. Narramos para compartir, para aprender, para hacer público nuestros logros y preocupaciones, nuestros problemas, nuestras ideas. Es decir, la narrativa nos ofrece posibilidades de pensar la práctica docente en un sentido crítico que nos acompañe en los cambios paradigmáticos que nos propone el currículum actual.
Con estas premisas se pensó la construcción del libro Recrear la práctica docente, editado por el Instituto Hidalguense de Educación a través de la Dirección de Investigación Educativa. Se invitó a algunos docentes a compartir su experiencia frente a los cambios curriculares, pedagógicos y metodológicos que se derivan de la puesta en marcha del Plan de Estudios 2022. En ello consistió la consigna principal. El nuevo fundamento curricular, la nueva estructura, la nueva propuesta metodológica y los nuevos libros de texto se constituyeron en el pretexto para reflexionar la práctica docente. ¿Qué sentidos y significados construyeron las maestras en esta experiencia? ¿Qué posicionamientos asumieron? ¿Qué dificultades e incertidumbres enfrentaron? ¿Cómo lo resolvieron? ¿Qué estrategias y acciones implementaron? Son algunas de las interrogantes que nos responde el contenido de las narrativas y que fueron propuestas a los docentes.
El libro se conforma por ocho narrativas escritas por las docentes Lilian Villamil Serrano, Verónica Diana García Aguirre, Arely Hernández Mendoza, Yeymi Vargas Ángeles, Lorena Trejo Guerrero, Adriana B. García Mendieta e Irlanda Silva Morales. En cada una de las narrativas las maestras, todas ellas de educación básica, nos comparten parte de su vida, personal y profesional, pero particularmente la forma en que hicieron frente al desafío de comprender y concretar en su experiencia cotidiana un currículum diferente, que les exige un posicionamiento crítico y reflexivo ante la realidad.
Cada una de las narrativas nos muestra una ventana de posibilidades frente a este gran desafío. Es posible identificar cómo las maestras se posicionan de manera diferente en su práctica, lo que les implicó adentrarse en el conocimiento del currículum y analizar cuestiones de orden epistemológico y teórico que tienen que ver con la legitimación del saber, el control del conocimiento, los posicionamientos ideológico-políticos, los sentidos pedagógicos. De manera específica comprendieron el sentido de lo común, lo comunitario y de comunidad. Los proyectos que desarrollaron dan cuenta de ello, además de que fueron el pretexto central de para construir su narrativa.
El libro nos enseña, a través de las narrativas de las maestras, cómo el tránsito hacia una docencia caracterizada por la criticidad y razonabilidad requiere de tiempo, pensarla no en la inmediatez de una capacitación sino de un proceso formativo donde existe una articulación permanente entre la teoría y la práctica, donde se reconozcan los vínculos entre tradición e innovación, entre escuela y comunidad, y de manera específica, donde se reconozca que la experiencia y saber pedagógico de los maestros se constituye y se reconstituye en la realidad de su acción cotidiana.
Finalmente, apuntaría que el libro Recrear la práctica docente, se constituye en un magnífico referente, y pretexto, para que los docentes consideren a la narrativa como un dispositivo importante para compartir y colectivizar su hacer cotidiano en los distintos espacios donde pongan en común su saber y experiencia pedagógica.