¡Felicidades, fue niño! ¡Felicidades, fue niña! Son las dos frases más utilizadas por el personal médico, al anunciar a los padres el género del bebé recién nacido. No sé de algún ginecólogo o pediatra que haga el anuncio diciendo: “¡Oh! Felicidades, fue lesbiana”; “Felicidades, fue transgénero”.
Atención. No estoy en contra de los derechos humanos, sino a favor de ellos. El sexo biológico no es elegido por el recién nacido, ni por quienes atienden el parto. El sexo de toda persona se establece en el ADN al momento de la concepción. La sexualidad humana es binaria. El cromosoma “Y” desarrolla un varón; o bien el cromosoma “X” desarrolla una mujer. Al momento de nacer, la morfología, -nuestro cuerpo-, da cuenta inmediata de la sexualidad.
Intentar “hacer” a un hombre mujer o viceversa, de hecho implica ir en contra de más de 6 mil 500 diferencias genéticas existentes entre ambos sexos, y ni cirugías ni hormonas serán suficientes para eliminar este hecho. Así que el género es algo absolutamente biológico, y habría que diferenciarlo con toda claridad de lo que suele definirse como “identidad”, que es un asunto totalmente distinto y de orden psicológico.
Las influencias en el pensamiento, sentimientos, y emociones, no vienen programadas en el ADN celular de cada persona al momento de nacer. Seguramente has leído notas de personas que “sienten” que son “animales” y se identifican como tales. Se consideran a sí mismos “transespecies” y/o “zoosexuales”, (con todas sus implicaciones), y dicen que sus sentimientos y sensaciones no son humanas.
Este tipo de personas “creen” que son animales apresados en un cuerpo humano, así que pretenden vivir como un perro, o como un gato; e incluso utilizan botargas que oculten su cuerpo humano, pero eso no cambia lo que son. La dinámica familiar, el abuso, el actuar del padre, o de la madre, -o de ambos-, y el ambiente social, pueden interiorizar falsas creencias que nada tienen que ver con la identidad de especie y la sexualidad biológica.
En medio de las presiones al respecto, es deseable que los legisladores mexiquenses realicen un análisis exhaustivo antes de aprobar “el matrimonio” entre personas del mismo sexo. Si lo hacen, ¿qué seguiría? ¿Aprobar el “matrimonio” entre especies distintas?
