Una revista alemana, “Die Aktuelle”, publicó en su portada una foto del siete veces campeón del mundo de Formula 1. En la misma el piloto aparece sonriente y debajo un título que dice: “Michael Schumacher, la primera entrevista”. Luego otra frase agregaba: “Sonaba engañosamente real”.
Schumacher sufrió un grave accidente mientras esquiaba en diciembre del 2013, lo que le produjo serias lesiones cerebrales, y desde que fue trasladado a su vivienda familiar en el mes de septiembre del 2014 la familia ha mantenido en secrecía su condición.
Sin embargo, la revista presenta una “entrevista” que fue producida utilizando la Inteligencia Artificial con un programa denominado “Character.AI”, y en la misma Schumacher “dice” que con ayuda ya puede ponerse de pie e incluso dar unos pasos de forma lenta. “Habla” también de su familia y “asegura” que le apoyan y están firmes a su lado. Como era de esperarse, la familia del piloto ya anunció que emprenderá acciones legales contra la revista en cuestión.
En el plano espiritual ocurre algo mucho peor. Desde que Jesús aún caminaba por este planeta se le calumniaba, juzgaba e insultaba. Con todo y su resurrección, las distorsiones hacia su persona continúan hasta la fecha. Por ejemplo, se menosprecia o ignora su deidad, y se le compara con “otros iluminados” y fundadores de religiones. Se dice de Él que “fue un buen hombre” que vino a brindarnos enseñanzas morales. Se dice que “Dios es el mismo en todas las religiones y solo cambia de nombre”. Se dice que “no importa lo que creas, con tal de que seas sincero” Dios te aceptará.
La Biblia, -que es la palabra de Dios-, dice claramente que Jesucristo es el camino, la verdad, y la vida y que nadie puede ir al Padre si no es por él. Nos asegura que Jesús es 100% Dios y 100% hombre; que vivió una vida libre de pecado, y que por amor a nosotros fue a la cruz tomando nuestro lugar de juicio y recibiendo el castigo que merecíamos. Se nos dice que, sin él estamos perdidos aquí y por la eternidad.
No hay nada de inteligencia al ignorar a Jesucristo; por el contrario, es el más grave de los errores que podemos cometer.
Reconozcamos mejor nuestra condición perdida y pidámosle que nos perdone, salve y venga a morar a nuestro corazón. Jesús te ama. Cree en él y verás.