Con este título, quizá usted imagine que le hablaré del célebre cetáceo que llega a medir 30 metros y a pesar 120 toneladas. Pero no es el caso. Lo que ocurre es que ese es el nombre de un juego que se está poniendo de moda en redes sociales entre jovencitos y que, lamentablemente, ha cobrado decenas de vidas.
"Me había hecho preguntas extrañas, como retos, de que si yo sería capaz de comerme varios huevos crudos", dijo Maylen Villamizar, la mamá de una niña de 14 años de edad en Colombia, que acabó suicidándose por participar en este juego.
Al parecer hay una elección minuciosa de víctimas, de entre 12 y 14 años de edad, a los que se les envía una invitación para que participen en una serie de 50 retos, como cortarse con una navaja en el brazo, picarse repetidamente la mano con un alfiler o ver películas de terror en la madrugada. Pero los riesgos van escalando y el participante debe enviar fotografías o videos al "juez", para que certifique su cumplimiento, hasta llegar al último: "Quítate la vida".
Uno supondría que en este punto, el participante se detendría; pero se tiene un reporte no oficial en Rusia, de que en el lapso de un año, 130 jóvenes se habrían suicidado para culminar el juego.
Según especialistas, quienes participan en "Ballena Azul", son menores que provienen de hogares en donde la relación con los padres es nula o mala, propensos a la depresión, vulnerables emocionalmente y que, por consecuencia, buscan reconocimiento y aceptación.
No deja de sorprender hasta dónde llega la mente influida por el enemigo de nuestras almas. Por eso el Señor Jesús nos advierte: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".
Solo Jesús nos puede librar de los engaños y peligros que abundan en este mundo, por eso dijo: "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
Podemos discutir hasta el cansancio, pero Dios nos asegura en su palabra que fuimos creados por medio de Cristo y para Cristo; y una y otra vez vemos las trágicas consecuencias de no creerle.
Jesús nos conoce, y aún así nos ama. Ven a él tal como estás, y obtendrás perdón, salvación, santificación y vida. Él quiere entrar en tú corazón y transformarte. Cree.
