El manejo que los gobiernos de Morena han dado a la agenda de la salud pública ha sido catastrófico.
Y no es que en el pasado con el PRI y el PAN nos hayamos acercado a Dinamarca, seguro no, pero tenemos que reconocer que hicieron las cosas mejor.
Existía un Seguro Popular que atendía a la población vulnerable.
Había tratamientos para la gran cantidad de enfermedades a las que somos propensos los mexicanos y otros más graves como aquellos padecimiento oncológicos.
Más de 12 veces el presidente López Obrador ha prometido, jurado y perjurado que ya se va a resolver el problema del desabasto y de la falta de cobertura médica, lo cual no ha logrado cumplir desde el 2018.
Se dijo que había corrupción y por eso desapareció el Seguro Popular y se instauró el INSABI, modelo que fracasó y que hoy se busca rescatar a través del IMSS Bienestar; el problema es que la corrupción sigue siendo la constante.
La Cobertura Universal no se ha logrado cumplir. Aquí aplica la del “estábamos mejor, cuando estábamos peor”.
Si algo hizo bien el ex gobernador Miguel Barbosa fue apartarse de la política de salud que se dictaba desde la federación y llevar un rumbo propio sin comprometer el correcto funcionamiento de los servicios de salubridad en Puebla.
Cuántas veces criticó el actuar de López Gatell.
Después todo cambió y con el gobierno sustituto se ha dicho que se analizaría la viabilidad de integrarse al IMSS Bienestar, útil solo para controlar los recursos, medicamentos y personal médico de las entidades.
Uno no necesita analizar nada de lo que está convencido. El sistema de salud en Puebla es uno de los mejores del país, lo dijo reiteradamente Barbosa y lo reconoció la misma federación durante la pandemia.
La red de salud del Estado de Puebla ha sido hasta ahora eficiente, funcional y responde a las necesidades de la población.
A pesar que durante esta semana, en una de las mañaneras desde Palacio Nacional se reveló que Puebla estará dentro de este esquema a partir de julio, se sabe que desde el gobierno del Estado se busca que esto no ocurra. Si Zoe Robledo está interesado en Puebla, debería atender en serio la reconstrucción del Hospital San Alejandro, resolver la sobresaturación del hospital de la Margarita y que en las clínicas del IMSS vuelvan a realizar exámenes de laboratorios. Por ahí deberían empezar.
El único beneficiario de que los estados se sumen al IMSS Bienestar se llama Andrés Manuel López Obrador para que, de aquí al fin de su mandato, logre rellenar los hoyos que ha provocado en materia de salud.