Convendría replantear la relación de México con Estados Unidos ante la posibilidad del triunfo de los demócratas el 3 de noviembre próximo, sobre todo en materia migratoria.
A casi dos meses de la elección, el candidato republicano Donald Trump está 10 puntos abajo del abanderado demócrata Joe Biden. Esta tendencia podría revertirse antes de la elección por acontecimientos imprevistos.
En Estados Unidos, el mal manejo de la pandemia ha causado la muerte de 180 mil personas, el desplome de la economía en 10 por ciento y el disparo del desempleo con más de 50 millones. Severos problemas que Trump no va a resolver en 60 días.
En materia migratoria, Trump y Biden representan polos opuestos: el primero criminaliza la migración indocumentada como fuente de drogas, crimen y violencia, mientras que el segundo aboga por un sistema de migración justo y humano, además de atender las causas del fenómeno migratorio.
Según Trump, estas son algunas de las promesas electorales que ha cumplido:
Pidió al Congreso financiar un muro a lo largo de la frontera con México para cerrar las lagunas legales que permiten la inmigración “ilegal”. Ha asegurado fondos para construir aproximadamente 445 millas del total de 722 millas de muro fronterizo.
Sacó a Estados Unidos de las negociaciones para un Pacto Mundial sobre Migración de la ONU —el llamado Pacto de Marrakech que México promovió y que ahora ni siquiera lo invoca—, argumentando que pudo haber comprometido la soberanía de su país.
Instruyó al Departamento de Seguridad Nacional terminar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) —que afecta a alrededor de 600 mil dreamers mexicanos—, y que México impugnó como “amigo de la corte”.
Y esta es la promesa que el presidente celebra haber cumplido en su portal de campaña:
“Tras la presión de la administración Trump, México acordó desplegar 6 mil efectivos de la Guardia Nacional en todo el país y en su frontera sur para detener la crisis migratoria, desmantelar las redes de tráfico de personas y trabajar más de cerca con Estados Unidos para compartir información sobre migrantes”.
México cedió también al aceptar el acuerdo denominado “Permanezca en México” (Remain in Mexico), por medio del cual los solicitantes de asilo centroamericanos esperan en territorio nacional hasta que un juez estadunidense dictamine sus casos.
Mientras Trump cumple sus promesas anti migratorias, la SRE descuida a los 50 consulados en Estados Unidos, cuya carga de trabajo aumentó por la crisis, al tiempo que los recursos disminuyeron considerablemente al bajar los ingresos consulares por la pandemia y permanecen sin reemplazo puestos vacantes.
Reforzar la labor de protección consular con más presupuesto y personal es urgente para cumplir con la asistencia legal a los mexicanos, pues la llamada procuraduría para la defensa del migrante sigue siendo una promesa pendiente.
Si gana Biden es de esperar una política migratoria estricta, pero sin exponerse a extorsiones como las de Trump, con la diferencia de que podría haber coincidencias con México de llevar a la realidad el plan de desarrollo integral de Centroamérica, promesa que el republicano no le ha cumplido a nuestro gobierno.
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@AGutierrezCanet