Cultura

Inteligencia cotidiana

Muchos y muy variados son los hechos que ocurren todos los días y que reflejan el mecanismo intrínseco de funcionamiento de la sociedad. Hablo de cosas que hacemos de manera más o menos mecánica y que constituyen un flujo generalizado de acciones. Manejar, por ejemplo. Hacer fila en supermercados y bancos. Dejar y recoger a los niños a la escuela. Y todos los días nos topamos con conductas absurdas, contradictorias, perniciosas y otras francamente estúpidas. En la avenida, todos van por el carril de la derecha siguiendo a un tonto que viaja a 20 kilómetros por hora y el carril de la izquierda, vacío. ¿Por qué van todos detrás de un soso, lerdo y atarantado en lugar de avanzar más rápido por el otro carril? También están las violaciones a las leyes de tránsito, que son muchas y que no paran de acumularse. Con frecuencia vemos gente liándose a golpes a mitad de la calle por los motivos más tontos; un cajón de estacionamiento, un cerrón o una simple pérdida de paciencia.

Luego tenemos esa detestable práctica de detenerse a mitad de un pasillo en el supermercado y dejar el carrito atravesado de tal manera que nadie puede pasar. ¿Por qué hacen eso? ¿Esta gente es autista y no repara en que hay más personas allí? Y siguiendo con la experiencia del supermercado, tenemos a este tipo de personas que, aunque el letrero de “caja rápida, 15 artículos o menos” establezca claramente y sin lugar a dudas que uno no puede llegar con más de 15 artículos, como quiera se forman, comienzan a colocar su mercancía sobre la banda transportadora y cuando la cajera les informa que no les van a cobrar por tratarse de una caja rápida, hacen berrinche, protestan e insultan.

Ya había hablado antes del civismo. Porque el tema de la educación es complejo y en ese rubro estamos, me temo, muy atrasados. Hemos ido perdiendo progresivamente el respeto por las leyes, la tolerancia y paciencia, y el mismo sentido de convivencia. No sabemos cómo relacionarnos en espacios sociales y eso, inevitablemente, genera violencia. La excusa de que somos muchos y de que los espacios cada día aparecen más apretados no vale, porque siempre hemos buscado la manera de llevar las cosas bien, estemos donde estemos. El punto es que, a estas alturas, es inviable pedirle a la gente que actúe de manera civilizada. Lo digo porque me parece evidente que nuestras costumbres se están degradando y nos estamos transformando en trogloditas. Demuéstreme lo contrario.

Entonces la pregunta clave es: ¿Qué hacer? Por dónde empezar... a largo plazo, la educación, sin duda. Pero convencer a las personas de esto es fútil. Pero debe intentarse, porque de no hacerlo nos topamos con un callejón sin salida. Debemos encontrar una solución a corto y mediano plazo. El tema es que, en mi nunca humilde opinión, no la hay. ¿Se acuerdan de la tira cómica de Kalimán y Solín? Cuando el dúo se encontraba en situaciones de peligro, el Hombre Increíble le decía: “Serenidad y paciencia, Solín”. Eso es lo que necesitamos ahorita. Pero también tenemos que llevar a la conciencia todas esas situaciones ya descritas al principio del artículo, reconocerlas e intentar comportarnos de manera adecuada. No atrabancarnos, perder el control ni andar como cafres faltándonos al respeto.

Siento no haber logrado aportar mucho para intentar resolver el problema –que, como ya vemos, es acuciante–, pero me quedo con la única solución viable, que es la educación. Propongo entonces regresar la materia de civismo o civilidad (que no las buenas maneras y costumbres de otros siglos ejemplificados por el famosísimo, anacrónico y obsoleto Manual de Carreño) y apostar por el futuro. No hay de otra.

Por lo pronto, los putazos en la calle y en los supermercados, desorden y caos en eventos públicos y exabruptos varios continuarán, siguiendo con la pésima costumbre de nuestro país de comportarnos como si estuviéramos en un circo de borrachos, desenfrenados y dementes.


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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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