Estados Unidos, en especial Texas, ha ampliado su control energético sobre México. Según datos oficiales de 2024, el déficit de gas natural en el país es de 2 mil 563 millones de metros cúbicos (mmpcd).
Esto porque, de acuerdo con el gobierno federal, durante el año pasado la producción de gas natural en México alcanzó 3 mil 845 millones de metros cúbicos, pero las importaciones a Estados Unidos fueron de 6 mil 408 millones, principalmente para cubrir la demanda de generación eléctrica.

En cuanto a reservas, México cuenta con 34.9 mil millones de metros cúbicos, en campos operados por Petróleos Mexicanos (Pemex) como Quesqui e Ixachi, suficientes para abastecer el país durante 21 años al ritmo de producción actual, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
La relación energética con Estados Unidos
En los últimos años, la relación energética entre Estados Unidos y México ha mostrado un crecimiento constante y sostenido, reflejando la alta dependencia de nuestro país al gas y derivados, provenientes del norte.
Según datos oficiales, en 2019, México recibió un millón 865 mil 329 unidades de energía desde Estados Unidos; al año siguiente, esta cifra aumentó a un millón 990 mil 809, y en 2021 llegó a 2 millones 154 mil 457 unidades.
Aunque en 2022 hubo una ligera disminución a 2 millones 078 mil 627 unidades, fue debido a ajustes en la producción estadunidense y a cambios en la demanda interna de México; sin embargo, el flujo volvió a repuntar en 2023, con 2 millones 241 mil 553 unidades, y finalmente alcanzó un récord en 2024, con 2 millones 342 mil 588 unidades exportadas.
La soberanía energética en vilo
Aunque México produce gas natural propio, no es suficiente para cubrir la demanda, especialmente para la generación eléctrica.
La infraestructura clave, como el Gasoducto Sur de Texas – Tuxpan (SDTT), ha sido fundamental para facilitar estas importaciones, aumentando la capacidad de transporte y conectando los suministros estadounidenses con los principales centros de consumo del país.
La SDTT es una de las piezas más importantes de la infraestructura energética mexicana, con capacidad de aumentar las importaciones de gas natural en un 40 por ciento, dicho proyecto involucró una inversión de 2 mil 600 millones de dólares, convirtiéndose en la mayor inversión extranjera directa en México.


Además la presidenta Claudia Sheinbaum, admitió en su conferencia matutina que el país depende mucho de las importaciones desde Estados Unidos, y resaltó la necesidad de buscar autosuficiencia energética.
Este gasoducto mide 800 kilómetros, de los cuales el 90 por ciento está bajo el agua, y su construcción tardó casi tres años.
También se construyó la estación de compresión más grande de México.
Actualmente, el SDTT abastece a centrales eléctricas en Altamira, Tamaulipas, y distribuye gas al centro del país mediante el gasoducto Tamazunchale, aunque todavía tiene margen para expandir su capacidad.

AG