Banco Sabadell destinó más de 5 mil 265 millones de pesos al financiamiento de proyectos enfocados en infraestructura para el transporte y almacenamiento de gas natural en México.
De acuerdo con la compañía, la inversión busca fortalecer la red energética nacional y acompañar el desarrollo industrial en un contexto en que el gas natural es el principal combustible para la generación eléctrica.
Demanda de gas natural
El segmento de transporte y almacenamiento de gas natural es clave en la cadena energética, ya que enlaza la producción con los centros de consumo a través de gasoductos, terminales y sistemas de almacenamiento. Sin embargo, México enfrenta un rezago en esta materia.
Actualmente, el país cuenta con apenas 2.4 días de reservas de gas natural, muy por debajo de naciones como España, con más de 34 días, o Austria, con más de 300 días.
La diferencia revela la vulnerabilidad del sistema energético mexicano.
Además, más del 70 por ciento del gas natural consumido en México es importado, principalmente desde Estados Unidos.
Esta dependencia expone al país a riesgos de suministro y a variaciones en los precios internacionales.
La demanda de gas natural en México mantiene una tendencia creciente, con una proyección de 1.3 por ciento anual hasta 2029, impulsada por la expansión industrial y la alta dependencia del sector eléctrico de este combustible.
Para alcanzar el objetivo nacional de contar con al menos cinco días de almacenamiento estratégico, establecido por las autoridades energéticas, se requerirán inversiones estimadas entre 8 mil 190 y 50 mil 310 millones de pesos, dependiendo de la tecnología implementada.
Carlos Herrerías, director de Energía e Infraestructura en Banco Sabadell, destacó que el financiamiento de más de 5 mil 265 millones de pases representa una apuesta estratégica de largo plazo.
“En Banco Sabadell, creemos que un sistema energético eficiente y creciente es indispensable para el crecimiento económico de México. Nuestro financiamiento en el segmento de transporte y distribución de energía refleja una apuesta estratégica por el desarrollo sostenible del país”, señaló.
En este contexto, se alinea con los objetivos planteados en el Plan México, así como con el llamado de instituciones como la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para ampliar y modernizar la infraestructura energética nacional mediante la participación de la inversión privada.
Almacenamiento insuficiente
La falta de infraestructura de almacenamiento es uno de los principales riesgos de seguridad energética.
El país sólo cuenta con tres instalaciones de gas natural licuado (GNL), ubicadas en Altamira, Ensenada y Manzanillo, utilizadas principalmente para importaciones.
En contraste con países europeos que cuentan con tecnologías más diversificadas para almacenar gas natural, como:
- Yacimientos agotados de hidrocarburos
- Cavernas salinas
- Acuíferos confinados
Estas alternativas permiten ampliar la capacidad de respuesta del sistema en caso de crisis de suministro.
México estableció en 2018 una política pública que planteaba alcanzar cinco días de almacenamiento, pero su implementación quedó suspendida.
Las licitaciones de los campos de gas natural en Chiapas, Tamaulipas, Veracruz y Tabasco no avanzaron, lo que ha impedido alcanzar el objetivo de la meta.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que los costos para cumplir con este objetivo se ubican entre 428.3 y 2 mil 594.9 millones de dólares, equivalentes a 8.6 y 52.4 mil millones de pesos.
El gas natural es un combustible esencial para México, su uso está directamente ligado a la generación de energía eléctrica y a actividades industriales estratégicas.
No contar con inventarios suficientes implica un riesgo para la economía en general.
El IMCO advierte que el costo de desarrollar infraestructura de almacenamiento es menor comparado con el impacto que tendría una interrupción del suministro.
Una crisis de gas natural afectaría tanto la operación de las industrias como la estabilidad del sistema eléctrico.
Por ello, el organismo propone tres medidas:
- Retomar la política de almacenamiento de 2018 y ajustarla a la demanda actual.
- Reactivar proyectos en yacimientos terrestres agotados de hidrocarburos.
- Elaborar un estudio sobre el potencial de yacimientos agotados en México y comparar costos con tecnologías como cavernas salinas o acuíferos confinados.
- En este escenario, ampliar el almacenamiento no sólo es una necesidad de seguridad energética, sino una condición para sostener el crecimiento industrial y económico.

KL