La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y el Chicago Mercantiles Exchange (CME), en colaboración con el S&P Dow Jones Índices, presentaron un nuevo contrato de futuros sobre el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC).
El objetivo de este instrumento es posicionar al mercado mexicano en el radar de inversionistas globales, al tiempo que aumenta la liquidez y el uso de derivados en México.
“Lo que estamos buscando, como estrategia de bolsa, es posicionar y reforzar el IPC, ahora de la mano de S&P Índices, que es el que calcula el índice y lo distribuye a nivel internacional para poder darle acceso a más participantes en el mundo, esa es la estrategia central”, explicó el director general de la BMV, dijo Jorge Alegría, en conferencia de prensa.
Además, detalló que una de las ventajas clave del nuevo contrato de futuros del IPC es su disponibilidad casi continua de 23 horas, seis días de la semana.
Lo que permitirá que inversionistas de Asia, Europa y América puedan operar en horarios que se adapten a sus mercados, eliminando una de las principales barreras de entrada.

Según el director general de la BMV, este contrato puede impulsar la entrada de más recursos al mercado bursátil mexicano.
“Este instrumento permitirá que los inversionistas internacionales que operen en el CME canalicen también recursos hacia la compra de acciones, ETF's y Fondos referenciados al IPC en México, fortaleciendo el mercado local”, dijo
El jefe global de productos de índice de renta variable en CME, Paul Woolman, advirtió que el éxito del proyecto no se podrá medir de inmediato y detalló que en los próximos 12 meses evaluarán los resultados y ajustarán la estrategia, de ser necesario.
Resaltó que el lanzamiento tuvo buena recepción por parte de clientes internacionales, lo que es clave para el desarrollo de cualquier nuevo derivado financiero.
“Recibimos retroalimentación positiva y creemos que se materializará con el tiempo”, sostuvo.
Woolman explicó que el desarrollo de cualquier derivado toma tiempo, no es un éxito inmediato, pero tenemos confianza en que el contrato madurará y que el ecosistema crecerá.
Asimismo, destacó que en países como Canadá o España, el mercado de futuros opera con volúmenes significativamente mayores que el accionario.
En contraste, puntualizó que en México, los derivados representan solo entre 5 y 6 por ciento del volumen diario del mercado lo que refleja que “el potencial de crecimiento es enorme. Ese es el reto: trabajar con intermediarios y autoridades para impulsar el uso de futuros en el país”.
Un producto con historia y espacio para renovarse
Jorge Alegría recordó que los futuros del IPC ya existían en el MexDer, desde 1999, y llegaron a representar hasta 25 por ciento de los ingresos de ese mercado.
Sin embargo, contó que en los últimos años, su uso fue a la baja; aun así, resaltó que el interés y la necesidad de este tipo de instrumentos siguen presentes.
Actualmente, mientras el mercado accionario mexicano mueve entre 18 y 20 mil millones de pesos diarios, el MexDer representa solo una fracción de ese volumen.
Alegría agregó que lo deseable sería que operara dos o tres veces lo que se mueve en el mercado accionario, como ocurre en países desarrollados.
“No será inmediato, pero esa es la apuesta”, destacó.
¿Qué es un futuro?
Los futuros son contratos estandarizados negociados en bolsas reguladas, mediante los cuales dos partes acuerdan intercambiar un activo específico, como un índice bursátil, materias primas, divisas o tasas de interés, a un precio predeterminado en una fecha futura específica.
Es decir, los futuros financieros son instrumentos derivados que permiten comprar o vender un activo en una fecha futura, a un precio acordado desde hoy.
¿Cómo funcionan?
Cuando se opera en el mercado de futuros, no se paga el monto total del contrato, sino una garantía conocida como margen.
Diariamente se liquidan las diferencias entre el precio pactado y el precio actual del mercado, lo que se denomina "ajuste diario".
Esto permite controlar riesgos y asegurar que las partes cumplan con sus compromisos.

KL