Marilia Monzón es una canaria con voz de canario; cada canción suya es un tropel de trinos, que han venido escuchándose ya desde algunos años en México a pesar de la juventud de la cantautora, quien comparte que en el país descubrió cómo cantarle al amor y refrenda su responsabilidad social de artista.
“Siempre voy a poner mi voz a todas las causas sociales que sean necesarias”, sostiene en entrevista la artista nacida en 2000 en Gáldar, Gran Canaria, quien a los 18 años concursó en Operación Triunfo y que en México ha cantando temas de su primer álbum Prenderé una velita hasta en el Parque México.
Después de sellar a principios de la semana una colaboración con Ximena Sariñana para grabar “Momento”, la canción oficial de la edición 2025 de +Músicas, una organización independiente que desde 2018 promueve la participación y visibilidad de más mujeres músicos en festivales y la industria musical, Marilia Monzón se presentó en la terraza del Playhaus de Totalplay y conversó con MILENIO.
De esa experiencia, comentó que “Momento” le permitió abrazar una causa que siente suya y destacó su complicidad con la mexicana, a quien describió como “una aliada luminosa en ese viaje creativo”.
Bajo un aguacero, Marilia Monzón interpretaba a cielo abierto canciones recientes, unas con videos grabados en Ciudad de México, en Coyoacán, acompañada por el guitarrista mexicano Jorge Chacón. Y expresaba su consternación porque la lluvia caía sobre la prensa que escuchaba con audífonos: “Agua bendita”, “De mi sufrir”, “¿Por qué será?”, “Pobre de ti” y “Acuérdate de mí”.

Soltó la carcajada cuando este reportero le preguntó por qué le preocupaba la lluvia si ella era Monzón.
“No me preocupo por la lluvia. Quería que estuvieran a gusto. El monzón lo llevo dentro, está en mis canciones y se viene un monzón con todas estas canciones”, jugueteó con el fenómeno meteorológico.
Y, a diferencia de muchos artistas en México, España y el mundo en general que evaden o callan sobre el genocidio que perpetra Israel en Gaza, Marilia Monzón compartió su verdadera preocupación actual.
“Vivimos una temporada bastante turbulenta. Nos está costando mirar al foco de las cosas que están pasando realmente. Estamos viviendo una atrocidad al otro lado del mundo. Yo, con mi música, y el arte en general tenemos una responsabilidad muy grande, un altavoz para poder dar voz a todas estas cosas que están pasando en el mundo para que no pasen desapercibidas. El arte tiene esa responsabilidad. Y yo siempre voy a poner mi voz a todas las causas sociales que sean necesarias. Hoy si tuviera que decir qué me preocupa, es el genocidio que está pasando en Gaza, es una atrocidad terrible. Desde mi pequeño lugar pongo voz a todo esto que pasa y aporto mi granito de arena”, dice.
Usted surgió de un popular concurso en España, Operación Triunfo. ¿Ahora se siente más libre como artista para hablar, por ejemplo, de temas como este (el genocidio en Gaza)?
Operación Triunfo fue una etapa de mi vida muy concreta, era muy pequeña, tenía 18 años, recién salida del cascarón. Fue una experiencia muy bonita, tengo muy buenos recuerdos. Para mí la música no es una competición, me costó entenderlo después de algunos años. La música se tiene que entender, se tiene que compartir y tiene que llegar adonde tiene que llegar. ¡Y fuera las competiciones, las envidias y todo lo demás! Así que me quiero limitar a eso, a tratar de hacer canciones que perduren en el tiempo y que en algunos cuantos años puedan escuchralas mis nietos y les gusten.
¿Por qué México?
México es una tierra maravillosa donde puedo hacer crecer mis canciones, aquí la industria musical trabaja de una forma muy sana. Estoy enamorada del público mexicano, porque me está acogiendo con los brazos abierto. Y como soy canaria, tengo mucho muchas cosas en común con todo lo que se vive en esta ciudad, me siento muy reflejada aquí. México me está dando unas oportunidades maravillosas y espero con mi música devolverle un trocito de todo lo que me está dando.
Hace unos pocos años, su compatriota Natalia Jiménez debutaba en el Auditorio Nacional y mostraba videos de cómo ella en Madrid cantaba en el Metro y lloraba después de todo lo que ha logrado en México. ¿Qué diferencias encuentra al presentarse en espectáculos aquí y en España?
Es verdad que hay un contraste muy grande. El público mexicano vive todo con una intensidad increíble, siento que hay mucha diferencia en la forma de ser del público. A mí lo que más me ha gustado en los últimos años que he estado yendo y viniendo, es que cuando no tenía presentaciones y venía a hacer promos, sesiones de fotos, o a juntarme con otras artistas para componer, siempre tenía un hueco para hacer una quedada en la calle, y siempre venía gente. Eso es preciosísimo. Tengo que volver a esas quedadas en la calle, ojalá la vida me permita volver a juntarme con mi gente.
¿A qué se refiere con “quedadas” y dónde las hacía?
Normalmente, lo hacemos en el Parque México, en la Condesa. Me presento con mi guitarra, nos ponemos a tocar unos temas, hablamos de cómo llevo todo el proyecto y de por qué estoy en México. Es una maravilla porque de pronto te encuentras caras nuevas, es maravilloso, y caras conocidas. En Ciudad de México he tenido oportunidades increíbles en conciertos en el Foro del Tejedor, donde ya he estado dos veces, también en el Pepsi Center abrí shows a mi querido Andrés Obregón. México me trae muy buena suerte y buenas vivencias.
Hablando de sus vivencias, hoy sus temas como que tienen títulos religiosos, y hablan de amor.
Vengo de una temporada en que la naturaleza, la familia, la raíz, mi isla, han estado muy presentes en mis canciones. Como primera carta de presentación, mi primer disco (Prenderé una velita) se merecía que hablara de todo lo que he sido, todo lo que fui y lo que soy ahora en este momento de mi vida. Sin embargo, en estos continuos viajes a México (las canciones) me hacen hablar de otras cosas. Estoy en una etapa en que intereso en indagar en el tema del amor, que es algo que siempre me costó mucho. Hay muchas canciones de amor y de desamor, sin embargo, necesitaba abordarlo desde otro punto.

Y después de grandes sesiones de terapia, tan necesarias en este mundo que corre y que a veces se vuelve tan salvaje, encontré las palabras necesarias para poder hablar de ese sentimiento tan generalizado y tan necesario en estos tiempos que corren, que hacen que uno se vuelve muy frío. Ojalá estas canciones de amor arropen los corazones de mucha gente, como me las están arropando a mí.
¿Y, entonces, ahora cómo se siente como artista bajo este monzón mexicano?
Como artista soy una persona exigente que se encuentra en un momento de búsqueda. Y ese sentimiento no lo quiero perder nunca; no me quiero acostumbrar, acomodar; quiero seguir siempre en la búsqueda y seguir dando en la música y seguir indagando y seguir encontrando nuevas formas de encontrarme en las canciones. Y, a nivel personal, me siento tranquila, en calma, están pasando muchas cosas a mi alrededor muy bonitas, están floreciendo los frutos que hemos sembrado en estos años.
OAGP