Cultura

Elisa Carrillo: “Danzatlán ha demostrado que la danza puede curar el tejido social”

La primera bailarina del Ballet Estatal de Berlín, Elisa Carrillo, reivindica como un derecho humano la cultura y al arte, que siempre han unido a países y personas, y lamenta la afectación que ha tenido en artistas la guerra entre Rusia y Ucrania: “

Está por cerrar una edición más, la octava, del Festival Internacional de Danza Danzatlán, a pesar de la caída considerable de presupuesto, que pasó de 7.5 millones de pesos en 2023 a 6 millones en 2024 y a 4 millones en 2025, ya con su paisana como gobernadora del estado de México, la morenista Delfina Gómez, que como legisladora federal promovió que el Senado le otorgara en 2022 un reconocimiento.

“Eres una gran bailarina y gran ser humano”, le dijo entonces la senadora en el auditorio Octavio Paz.

Ahora, Danzatlán tuvo que hacer cambios en su estructura y programación; en la gala anual Elisa y Amigos, por ejemplo, la merma en los recursos que asigna el gobierno del estado de México a la iniciativa conjunta con la fundación Elisa Carrillo Cabrera se tradujo en menor presencia internacional.

Tampoco hubo actividades en Ciudad de México, donde no pudo verse, como sí en otros años, la gala. En cambio, desde la edición anterior de 2024 el gobierno mexiquense, el primero que no es del PRI en toda la historia moderna del estado, empujó iniciativas dentro de las actividades de Danzatlán supuestamente para darle un enfoque social, que incluyó llegar a municipios y diversas comunidades.

Incluso para la actual edición se programó para el pasado 5 de agosto la charla Raíces que transforman sueños en el Teatro del Pueblo de Atlacomulco, para que Elisa Carrillo dialogará con mujeres otomíes.

El cierre de Danzatlán este domingo 10 de agosto tendrá una clase de ballet gratuita al aire libre en la Plaza de los Mártires de Toluca, similar a la que ya ofreció en el Zócalo en marzo de 2024.

“El perfil de Danzatlán nunca ha cambiado, para mí sigue siendo el mismo”, comenta a MILENIO, no obstante, la directora adjunta de la Compañía Nacional de Danza (CND), que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador compartió el cargo de directora con Cuauhtémoc Nájera.

“Danzatlán sí está cambiando vidas, está alimentando el alma a jóvenes de otro tipo de esperanza”, dice la prima ballerina. Y agrega que Danzatlán ha demostrado que “la danza puede curar el tejido social”.

Danzatlán se organiza desde 2018 en colaboración entre la fundación Elisa Carrillo Cabrera y la Secretaría de Cultura y Turismo del gobierno mexiquense, tanto los del PRI como el actual de Morena.

En la charla, la bailarina mexicana de mayor trascendencia y trayectoria de la historia de la danza y quien a partir de enero dirigirá la John Cranko Schule en Stuttgart, Alemania, descarta que entre sus planes esté devenir coreógrafa.

“Sí le puedo decir que no; ser coreógrafa, no”, sostiene la protagonista de sendas funciones majestuosas del Bolero de Maurice Béjar en el Auditorio Nacional en 2024 y 2025.

Carrillo (Texcoco, 1981) bromea sobre su cumpleaños, que es el 31 de octubre, no el 14 de agosto como aparece en Wikipedia. “Soy del Día de las brujas”, corrige entre carcajadas la primera bailarina.

Para la también ganadora del premio del Festival Dance Open de San Petersburgo, del Alma de la Danza y del Benois de la Danse, los tres en Rusia, y esposa del primer bailarín ruso Mikhail Kaniskin, el mundo del arte está sufriendo mucho por la guerra en Ucrania; y por falta de presupuesto en México.

Elisa Carrillo | Juan Carlos Aguilar
Elisa Carrillo | Juan Carlos Aguilar

En esta edición de Danzatlán ofreciste una plática sobre ballet a mujeres otomíes. ¿Qué importancia reviste hacerlo ahora?

La danza y el arte, en general, es algo necesario; la cultura es un derecho humano. Y es algo maravilloso llegar a nuevos lugares de mi estado, acercarme a nuevas comunidades, sobre todo de personas que no tienen la oportunidad de ir a este tipo de espectáculos, por la distancia donde viven; la mayoría de los espectáculos de cultura se llevan a cabo en Ciudad de México, en Toluca o en otras partes del estado que no están al alcance de sus poblados. Es algo maravilloso platicar y compartir mi experiencia con la de ellas y aprender sobre su forma en que viven y sienten la cultura en sus vidas. Es algo especial de este Danzatlán llegar a nuevos espacios.

Has bailado en espectáculos de danzas tradicionales mexicanas. ¿De qué manera el folclor ha impactado o influido en tu carrera?

Dentro de la carrera profesional de ballet siempre tuvimos materias de danza contemporánea y folclórica, porque un bailarín tiene que enriquecerse de los diferentes estilos. En México, con toda la tradición que tenemos de danza folclórica era algo que debíamos aprender y que tiene gran influencia en todo lo que hacemos, es parte de nuestra cultura. Y también lo disfrutaba muchísimo. En la danza clásica siempre hay estilos que debes aprender: danzas históricas, de carácter, una tarantela, polka, mazurca, vals, todos estos tipos de estilos son parte de lo que un bailarín profesional tiene que aprender.

En México, tenemos danzas folclóricas, que son muy importantes en nuestra cultura. Eso te enriquece como bailarín. La danza clásica es la base de todo para un bailarín; también muchos gimnastas, deportistas toman clases de danza clásica porque es básico para tener porte, elegancia, posiciones en brazos. Y la danza contemporánea cada vez tiene más influencia en la clásica, ha evolucionado y los bailarines tenemos que ser versátiles, en las grandes compañías del mundo el repertorio es muy importante y por eso desde pequeña tuve ambos estilos. Muchas de las coreografías que presento en México se hacen en Europa con coreógrafos con gran influencia en compañías de repertorio clásico.

A partir de esta versatilidad ¿cómo armas un festival, el programa de Danzatlán, de Elisa y Amigos?

El programa se comenzó al inicio con la gala Elisa y Amigos, que como se sabe llevamos estrellas de diferentes partes del mundo, donde bailan tanto repertorio clásico como contemporáneo. Yo hablo con los invitados y les pido que me presenten opciones de repertorio que puedan llevar y se decide cómo va a ir el programa. Todo lo que hacemos fuera de las galas, que son pláticas, talleres, conferencias, siempre es algo que enriquece a Danzatlán. En otras ocasiones también hemos tenido compañías internacionales que han venido al país a presentarnos sus trabajos, igual que han participado compañías del país, el Ballet de Monterrey, el de Jalisco, de danza urbana de varias partes del mundo. En esta ocasión, que ha habido reducción de presupuesto o se están reacomodando, no tenemos tanta presencia internacional ni tampoco de compañías de otras partes del país, pero estamos llegando a nuevos puntos del estado de México. Ahora hay más presencia de academias y grupos de danza del estado de México.

¿Cuál es el momento más difícil en las ediciones de Danzatlán?

Siempre es un poco la parte de ver qué tanto podemos hacer una vez que hay un presupuesto, cómo puedes traer algo diferente, cómo puedes cambiar algo para que la gente tenga algo lindo que ver. Pero son cosas que me encantan hacer; los proyectos siempre son difíciles, toda la coordinación, que todo mundo llegue, que nadie se enferme, se lastime. Al final de cuentas, cuando uno ama lo que hace, te sale fuerza y gracias a dios todos los problemas se resuelven.

Tras ocho ediciones, ¿cuál es el impacto en las comunidades y en México?

Ha sido un gran impacto, si puedo decir eso. Recuerdo en la primera edición que invitábamos a gente a la gala y a veces nos decían: ‘No, yo nunca he ido a una gala de ballet, no sé si me guste’. Era buscar a la gente e invitarla a que fuera a la gala; ahora, hacen filas y se acaban los boletos y no quedan lugares. Eso te muestra el impacto que ha tenido. También hay una parte de educación: la gente ya reconoce bien los estilos, ha aprendido a diferenciar muchas cosas, las aprecian de otra manera.

¿En qué se traduce eso?

Lo vemos en los aplausos: llevamos coreografías que no se habían visto en México, y la gente las disfruta porque ya se acostumbró a las novedades, a diferentes estilos de danza y música, no sólo en la maravillosa danza clásica, sino en todos las nuevas formas de expresión.

¿Qué pasa con aspirantes a bailarines o bailarinas?

Veo un gran cambio en los padres de familia al apoyar a sus hijos, al abrirles las puertas a la danza clásica, algo que antes no apreciaban, no veían la danza como una carrera profesional, sino siempre como un hobby nada más. Y ahora ya hay más apoyo, más interés, más niñas y niños que acuden a las clases, a las pláticas, y hay gente que espera a que llegue el festival cada año para ser parte de él. Sí ha sido un gran cambio, estoy segura. Ha aumentado mucho el interés, las ganas de saber qué es lo que viene. Es un trabajo de muchos años que está dando resultados. Me han dicho: 'Mi hijo vio por primera vez una gala de ballet hace tres años y ya está tomando clases, nos pidió entrar a una escuela'. Hemos tenido más niños que ya forman parte de compañías del país. Danzatlán sí está cambiando vidas, sí está cambiando historias, está alimentando el alma a los jóvenes de otro tipo de esperanza.

Fundación Elisa Carrillo Cabrera
Fundación Elisa Carrillo Cabrera | Nath Martin

¿Qué sientes con una nueva edición de Danzatlán: mayor responsabilidad o mayor libertad?

Siempre me siento con gran responsabilidad porque la gente ve lo que estoy haciendo, me pregunta, tiene deseos. Y como artista siempre tengo esa responsabilidad de hacer un buen espectáculo, eventos que les interesen y les gusten y a los que quieran regresar. Cuando hay interés y la gente se va feliz, eso ayuda a que todo mundo se dé cuenta que vale la pena. Sí, como artista es mucha responsabilidad y mucha emoción de que todo salga bien. Y ahora que vamos a nuevos lugares es emocionante ver esa respuesta y cómo van a tomar todas esas opciones, es maravilloso. En esta ocasión tendremos a muchos jóvenes, niños, de diferentes partes de nuestro estado de México, quienes se van a poder presentar con sus grupos y mostrar lo que han aprendido en este año ante un público que los espera. Es una edición muy especial, diferente; no hay tantas compañías del país o del extranjero, pero es una oportunidad para llegar a nuevos lugares y que las nuevas generaciones tengan un momento de presentación.

¿Cambió el perfil de Danzatlán? ¿Se volvió más ideologizado y menos artístico?

El perfil de Danzatlán nunca ha cambiado. Para mí sigue siendo el mismo, la parte que yo hago, que es traer la gala, las clases, las pláticas que doy. En esta ocasión tendremos la clase masiva del domingo, que será muy especial. Para mí no ha cambiado nada; hay una parte, claro, que la Secretaría de Cultura y Turismo está empezando a hacer, que es llevar Danzatlán a diferentes municipios, es algo que ellos aportan por su parte; también escogen los grupos que se van a presentar. En esta ocasión no tenemos la parte internacional con bailarines de compañías de otras partes del mundo y también del país, porque ha habido un reacomodo, ha bajado el presupuesto.

En el gobierno del estado hay cambios y tienen que dar oportunidades a otras cosas, entonces ha bajado el presupuesto. Llevar Danzatlán a otros lugares que ellos están haciendo es algo muy lindo que no se había hecho. Para mí, para la visión que tengo, para lo que quiero hacer por mi país y por mi estado, no ha cambiado nada y sigue siendo con los mismos intención, amor y respeto.

¿Qué te dejan las clases masivas? Ya hubo una experiencia en el Zócalo el año pasado.

Fue algo muy especial, me conmovió ver a tantas personas unidas, mandando un mensaje de paz, de unión y de esperanza, sobre todo porque en el Zócalo muchas veces hay protestas por temas difíciles, ahí donde las personas pueden decir lo que sienten. Y en esa ocasión ver a miles de personas unidas, con la música, con el movimiento, fue un mensaje de paz. Para mí fue una muestra de que la danza puede transformarnos, puede curar el tejido social. Y hay que darnos la oportunidad de acercarnos a este bello arte. Ese fue el mensaje, decir: “Sí es cierto, vean lo que puede hacer la danza”. Ver a tantas personas que quizás nunca habían tenido esa oportunidad se acercaron. No era clase para bailarines profesionales, fue una manera de unirnos, de movernos, de sentir tu cuerpo, de darte cuenta que hay tantas cosas bellas en la vida y que a veces están a tu alcance y a veces las ignoras. Creo que el domingo 10 de agosto será una sensación similar en la clase masiva de Toluca. Ahora no puedo saber.

En 2020 participaste en la marcha del Día Internacional de la Mujer, en la que se exigiste parar la violencia contra la mujer y los feminicidios.

Sí, estuve en ese día en que las mujeres marcharon con ese pensamiento. En uno de mis viajes a México acudí a la marcha del 8 de marzo, y el 9 de marzo (el paro de mujeres convocado ese año).

¿Cómo te ha afectado el contexto político en Europa, la guerra entre Rusia y Ucrania? Usted e Isaac Hernández fueron prácticamente los últimos que recibieron el premio Benois de la Danse fuera de Rusia. ¿Cómo se siente al respecto?

Es una gran tristeza, porque en la historia de la humanidad el arte y la cultura siempre han unido a los países y a los seres humanos. Siempre fue un puente de unirnos, porque el arte era algo que todos podemos compartir. Desafortunadamente, en esta ocasión los artistas están sufriendo porque ahora no se está tomando en cuenta esa parte. Los artistas de esos países están siendo bloqueados y no está ese puente que los artistas siempre hemos tenido, y que hemos sido una fuerza muy grande.

Sí se está sufriendo en ese sentido. El Benois de la Danse se sigue entregando, pero artistas de fuera de Rusia no pueden acudir por la situación, no por no querer asistir (a Moscú), sino porque es un momento difícil, el peligro que pueda haber en los viajes, y porque ha habido muchas sanciones. En el mundo del arte se está sufriendo mucho. Falta esa conexión con los países como Ucrania y Rusia, sobre todo Rusia que ha tenido una gran influencia en el mundo de la danza clásica. Sí se está sintiendo la falta de esa parte tan fuerte en el mundo de la danza clásica, en las galas, en los eventos, se extraña ver esa parte tan bella de los artistas de ese país.

Ganaste el Benois en 2019. ¿Has recibido invitaciones para ir a Rusia?

Personalmente, claro que hay eventos allá y que yo he recibido la invitación para asistir, al Benois de la Danse, pero no me fue posible ir. Mi carrera personal no se afecta, porque, gracias a Dios, tengo muchas invitaciones, todos mis proyectos siguen adelante, pero sí hubo cosas y proyectos en esas partes del mundo que se tuvieron que cancelar. Y también la cercanía con amigos, con artistas de esas partes, estamos conectados en el corazón, pero no podemos vernos tan fácilmente; es una gran tristeza, se siente esa cercanía como con los países. No es como estar en México y leerlo solamente en los periódicos. Aquí sí se siente en los teatros, en las protestas, la parte negativa que la gente ve y que, al final, los artistas no son culpables, ni los deportistas. Desafortunadamente el deporte y la cultura están siendo muy afectados. Es muy triste.

Ahora que te harás cargo de la John Cranko Schule, ¿tienes planes para devenir coreógrafa?

Uy, no. Eso sí no. Mire, puedo aportar ideas, a lo mejor enriquecer una coreografía. Pero hay gente que tiene el talento, la naturaleza, el don para hacer coreografías. Yo no me veo como coreógrafa, no es algo que a mí me nazca volverme coreógrafa. Sí le puedo decir que no. Ser coreógrafa, no.


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José Juan de Ávila
  • José Juan de Ávila
  • [email protected]
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.
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