La dramaturga y premio Pulitzer Paula Vogel viene a México a cerrar el ciclo de su obra Indecente en la puesta en escena de Cristian Magaloni, que llegó a su tercera temporada, hoy en el Teatro Julio Castillo.
“Es la primera vez que un dramaturgo extranjero viene a ver el montaje que hice sobre su texto. He montado textos míos y de autores clásicos, pero dramaturgos contemporáneos que viven en otro país no habían podido venir nunca a ver mis montajes”, expresó Magaloni a Notivox sobre la visita de Vogel.

La autora de Cómo aprendí a manejar (1997), con la que ganó el Pulitzer en Drama en 1998, asistirá a la función de Indecente (2015) del sábado 27 de septiembre en el escenario del Centro Cultural del Bosque, en el fin de la tercera temporada después de las dos previas desde 2022 en el Teatro Helénico.
“Llevar Indecente al Julio Castillo era un sueño de todo el equipo; queríamos darnos una última temporada en un espacio donde pudiera verla la mayor gente posible, eso nos está permitiendo este teatro de ensueño. El Helénico nos acercó al público y el Julio Castillo nos quedó a la medida”, apuntó Magaloni, quien dijo que Paula Vogel no había podido asistir a la representación por motivos de salud.
El dramaturgo y director adelantó que la tercera temporada, con funciones del jueves 21 de agosto al domingo 28 de septiembre, será la última, ante la dificultad de montar una obra con tantos actores y tanta infraestructura, en momentos en que también el teatro en México está enfrentando obstáculos.
De Vogel, en los últimos años han podido verse en México sus dos obras emblemáticas, Cómo aprendí a manejar (con la que ganó el Pulitzer y fue nominada a un Tony en su reposición en 2022), que montó Angélica Rogel en el Foro Lucerna en el verano de 2024, con Cassandra Ciangherotti y Juan Carlos Remolina; e Indecente, que le valió la nominación a un Tony en 2017 a la dramaturga hoy de 73 años.
Magaloni estrenó Indecente el 13 de agosto de 2022 en el Teatro Helénico con un elenco que se convirtió en familia: Alberto Lomnitz, Elizabeth Guindi, Ana Guzmán Quintero, Majo Pérez, Roberto Beck, César Chagolla, Jorge Lan, Federico Di Lorenzo, Leo Soqui, Cecilia Becerra y Francisco Verden.
“Es una obra que queremos muchísimo, que ha sido muy generosa con nosotros, somos un equipo que hemos hecho una familia, Indecente nos ha cambiado la vida a todos, pero es difícil sostenerla y encontrarle un teatro también; de momento se perfila como la última temporada”, expuso Magaloni.

En la obra de Vogel, una compañía judía de teatro cuenta la historia y montajes de la pieza de Sholem Asch El dios de la venganza, desde su creación en Varsovia en 1906, pasando por Broadway (1923), donde fue censurada por mostrar un beso entre dos mujeres, hasta sus últimas representaciones en el ghetto de Lodz (1952), Polonia, durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Teatro dentro del teatro, Indecente presenta la historia dentro de El dios de la venganza, que aborda el amor entre dos mujeres: Rifkele, hija de un rabino dueño de un prostíbulo, y Manke, una de las prostitutas del burdel, drama censurado en Broadway porque dos mujeres se besaban en el escenario.
Magaloni agregó que Indecente habla del amor al teatro ante todo, “es una oda al teatro” con una compañía que monta El dios de la venganza con dificultades y en diferentes contextos, uno de ellos el holocausto del pueblo judío en la Alemania nazi, y reflexionó sobre la actualidad del drama de Vogel.
“Ahora estamos viviendo otro genocidio en otra parte del mundo (Gaza) y está pasando por el Estado de Israel. Reflexionar sobre la historia de dónde vinimos y los errores que hemos cometido como humanidad es esencial. Es una obra que no te deja olvidar y verla en el contexto de hoy implica otro peso y otras reflexiones”, dijo el director también de puestas en escena como La gaviota o Los perros.
Reiteró que la obra de Paula Vogel fue un parteaguas en muchos aspectos de las carreras del elenco y equipo, con quienes a partir de la primera temporada de Indecente trabajó en otras puestas en escena.
“Indecente fue ese proyecto que nos unió y siempre se lo agradeceré”, añadió el también profesor, que aprovechó para destacar las dificultades, como en la obra de Asch, que enfrenta el teatro en México.
“El teatro está en un momento muy difícil en México. Hay mucha gente que hace teatro, gente muy creativa, muy talentosa, pero hoy la infraestructura teatral que podría cobijarnos está en horas muy bajas, tiene muy pocos recursos para mantener sus propios teatros, hay poco dinero para producir.
“Hacer teatro en muchos aspectos se vuelve un acto de amor y fe, que solo se puede lograr con gente cercana, con la que has desarrollado un vínculo de cariños. El teatro crea familias, pero también las necesita para que pueda seguir existiendo en nuestra sociedad de México en 2025”, expuso Magaloni.
Y como la compañía judía que rescató El dios de la venganza y la montó durante 50 años, como narra en Indecente, Magaloni añade que esas familias teatrales forman comunidad más allá de diferencias.
“Es algo que mantenemos vivo, sostenido en nuestro cariño los unos por los otros. Más allá de las personas con las que haces teatro, la comunidad teatral es una persona, una familia. Hacemos teatro a pesar de que no cabe en un mundo sumamente abocado al dinero y al beneficio”, añadió el director.

—¿Qué les preguntaría a Sholem Asch y a Paula Vogel después de tres temporadas de Indecente?
A Sholem Ash le preguntaría cómo hizo para cargar tanto dolor durante épocas tan difíciles y sostener su legado literario y teatral a pesar de toda la época convulsa del siglo XX. Y a Paula Vogel, me sentaría a escucharla porque me parece una maestra del pensamiento libre crítico y del pensamiento que abre fronteras y se piensa más allá de la propia cultura y de la propia identidad. Paula Vogel para mí es un referente de la literatura contemporánea.
PCL