Los productores de vino del Valle de Guadalupe cerrarán sus negocios el próximo fin de semana, en protesta a la negativa del ayuntamiento de Ensenada, Baja California, de aprobar un reglamento para regular los giros comerciales en esa zona turística.
Fernando Pérez Castro, presidente del Comité de Provino, criticó la inacción mostrada por el alcalde de Ensenada, Marco Antonio Novelo, y los regidores, quienes —aseveró— dejan “una ventana abierta para que, sin orden, entren todos los giros posibles y se provoque un ecocidio que puede acabar con el gran atractivo que representa la región vinícola”.
Pérez acusó que existen intereses mezquinos para afectar no solo a Ensenada, sino a todo el país. “Este es un sitio maravilloso que tiene el potencial de ser un lugar enoturístico, construido por muchos y durante mucho tiempo”.
En el Valle de Guadalupe —afirmó el empresario— nadie quiere un centro urbanizado con pavimentos, grandes hoteles y rascacielos, se prefiere la conservación de sus características rurales, “libre de giros negros que cambiarían el perfil del turismo de calidad”, cuya derrama económica beneficia a todos los sectores.
Y ADEMÁS
LABOR DE ANTAÑO
En el valle de Guadalupe operan pequeños productores que siembran, cosechan y producen sus vinos, además hay restauranteros y pequeños comerciantes que ofrecen productos al turismo y crecen ordenadamente.