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Cacahuates artesanales, tradición familiar llena de sabor en Puebla

EDICIÓN FIN DE SEMANA

Para elaborar este producto es necesario recibir el cacahuate y hacer el proceso de limpieza para posteriormente pasarlo al famoso bombo, en donde se le aplican los saborizantes.

Los cacahuates como botana son muy populares en México en cualquiera de sus diferentes variaciones; sin embargo, su proceso es artesanal, complejo y en ocasiones como en el caso de Fritos Rojas es una tradición familiar que se preserva y se hace con la mayor calidad posible.

El cacahuate es una leguminosa que se popularizó por su alto contenido en antioxidantes y ácidos grasos. En gran parte del territorio nacional se preparan de diferentes formas y es una botana saludable y muy popular.

Aun así, el proceso para llegar a los comensales es complicado y en ocasiones son secretos que pasan de generación en generación como ocurrió con Rubén Rojas, quien encabeza la cuarta generación en producción de cacahuates como botanas.

Desde la época de su bisabuela se preparaban y comercializaban los cacahuates para distribuirlos a diferentes partes de la entidad; pero Fritos Rojas fue una iniciativa de su padre hace más de 20 años.

Sin embargo, su hermano tuvo un problema de salud que desencadenó en una enfermedad de su padre quien lamentablemente murió y el negocio tuvo que ser pausado por alrededor de 20 años.

“Mi padre decidió dejar su trabajo en Volkswagen para invertir todo en maquinaria para hacer cacahuate. Primero se incursionó con el cacahuate garapiñado y llegamos a vender hasta diez toneladas al mes de este producto”, dijo Rubén emocionado.

No obstante, motivado por su familia, en este caso su madre Luz María, su hermano Daniel y su ahora prometida Melanie decidieron retomar el negocio, con la complicación de redescubrir las recetas que con el paso del tiempo se habían olvidado.

Y es que hay un procedimiento diferente para hacer el cacahuate garapiñado y sus variantes, así como los japoneses o más conocidos como cacahuates crujientes.

“Volvimos a comenzar con el garapiñado, pero posteriormente incorporamos el japonés, cacahuates crujientes y actualmente contamos con 40 variantes de los productos del cacahuate y la mayor parte de la venta se concentra al norte de la ciudad de Puebla”, explicó.

Para elaborar este producto es necesario recibir el cacahuate y hacer el proceso de limpieza para posteriormente pasarlo al famoso bombo, en donde se le aplican los saborizantes.

Todo esto se hace a altas temperaturas, lo cual dificulta el proceso, pues se tienen que pasar todavía calientes hasta una plancha donde se tienen que ir despegando. Finalmente, solo se empaquetan y se pueden empezar a distribuir a los clientes.

Si bien Rubén reconoce que es necesario implementar una estrategia para atraer clientes, pues es más complicado captar al público joven, esto no lo detiene y le encantaría expandir el negocio, llevarlo a todas las tiendas de conveniencia y así honrar la memoria de su padre.

AAC

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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