En el Valle de Moctezuma, en San Luis Potosí, se ubica el Rancho El Sureño, cuna de Cava Quintanilla, primera empresa en la zona dedicada a la producción de uva.
En una extensión de 100 hectáreas, en las que cultivan 14 variedades: tres blancas y 11 tintas -todas con varietales traídos de Francia-, la bodega produce 300 mil botellas anuales, para sus 12 etiquetas.
Dedicado desde hace más de 45 años a la producción de jitomate y chile, Carlos Quintanilla, director y fundador de la cava, descubrió las bondades de la uva en sus viajes al Valle de Napa y a los viñedos franceses, en 2010.
“En esos recorridos me enamoré de esta fruta y con apoyo de enólogos y expertos decidí arriesgarme a plantarla en mi rancho; todos me decían que estaba loco, pero los resultados han sido muy buenos”.
Hoy en día los vinos de Cava Quintanilla se distribuyen en algunos de los restaurantes más prestiguados de la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y el Bajío; también está presente en grandes hoteles y restaurantes de los principales destinos turísticos del país, como Cancún, Riviera Maya y Riviera Nayarit”.
Sus vinos están en hoteles y restaurantes de todo el país, “donde han sido bien recibidos, sobre todo los blancos, entre ellos el Laberinto Sauvignon blanc, por lo que en los próximos meses incrementaremos nuestra producción para cubrir la demanda, porque este año la demanda nos rebasó y nuestra producción fue insuficiente”.
Además del aumento en su producción de uva y vino, Cava Quintanilla desarrolla en sus instalaciones un complejo para el turismo enológico el cual contará con lagos para pescar, recorridos por los viñedos e instalaciones y la gran cava para más de 200,000 botellas, actualmente en construcción. Esperan tener todo listo antes de la vendimia 2020.
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