Tecnología
  • Ventajas y retos de la Inteligencia Artificial en la educación

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El uso de la IA en la educación representa ventajas y retos que deben regularse. Shutterstock.

La IA agiliza los procesos de aprendizaje, pero debe regularse y contar con una guía cercana para evitar que sustituya al intelecto humano.

Omnipresente y eficaz, aunque no infalible, la inteligencia artificial (IA)  hace tiempo que dejó de ser un hito futurista para instalarse de lleno en nuestra vida cotidiana, y el terreno de la educación no es ajeno a esta herramienta que promete potenciar el aprendizaje de los alumnos. Sin embargo, la brecha entre solo aprovecharla para agilizar el trabajo académico o hacer de ella un sustituto de las capacidades cognitivas humanas es peligrosamente estrecha.

Desde la explosión de ChatGPT en 2022, el uso de la IA Generativa (IA Gen) se ha democratizado y hoy más de la mitad de los jóvenes en México (de secundaria a universidad), ya la tienen entre sus herramientas de estudio, según reveló una encuesta realizada a fines de 2024 por la plataforma global de aprendizaje de idiomas Preply. 

Los beneficios de usar la IA son innegables, pues esta tecnología ha evolucionado hasta poder imitar capacidades humanas como la creación de textos, imágenes, audio y video en la parte práctica, mientras que en la didáctica impulsa el aprendizaje personalizado, la resolución de problemas complejos y la retroalimentación instantánea, señala Wilfrido Gómez Arias, investigador del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología de la Universidad Iberoamericana (IBERO).

Las herramientas de IA transforman día con día la forma en que se aprende pero, el experto advierte, se trata de una revolución tecnológica que presenta un claroscuro en el ámbito educativo: si bien puede potenciar el aprendizaje, también conlleva grandes riesgos si se usa inadecuadamente.

Y no podemos decir que nadie o pocos la utilizan, ni desestimar o prohibir su uso; por ello, es impostergable establecer reglas generales para enfrentar los retos que presenta esta tecnología, que se resumen en los temas de su uso ético y seguro, dice Gómez Arias.

el dato

80 por ciento de los universitarios

Utilizan ya la Inteligencia Artificial (IA).

Hablar del uso ético nos pone en un delgado filo, donde el abuso limita el desarrollo intelectual y la generación de nuevos conocimientos, además de que nos exige mantener nuestras ventajas como seres humanos sobre la IA Gen  y otros avances tecnológicos, siendo “congruentes y usándola para optimizar el conocimiento, pero nunca para sustituir nuestras capacidades de razonamiento”, explica Diana Armendáriz, directora del Instituto Profesional Tecmilenio.

Porque si bien los estudiantes pueden utilizar estas herramientas para aprender y comprender conceptos difíciles a su propio ritmo y recibir explicaciones adaptadas a su nivel de conocimiento, lo que facilita el aprendizaje; por otro lado, estudios recientes advierten sobre los efectos negativos del uso excesivo de la IA, como la disminución del compromiso cognitivo y la capacidad de recordar o comprender profundamente los contenidos, señala el experto de la IBERO.

Un guía empático 

La solución que destaca tiene que ver con educarnos para usar y no abusar de esta herramienta, no solo en las aulas, también en los hogares y oficinas, además de aprender a ser cuidadosos con la protección de datos personales. Lograrlo, requiere de una transformación profunda del papel de los maestros en las aulas. “Ese es el verdadero desafío”, asegura Ricardo Phillips, director general de la Universidad Insurgentes.

el dato

80 por ciento de los universitarios

Utilizan ya la Inteligencia Artificial (IA).

“Mientras casi 80 por ciento de los estudiantes —de educación superior— ya utilizan IA, solo 10 por ciento de los profesores la han adoptado. Los educadores deben evolucionar de expertos en contenido a coaches que guíen, apoyen y desarrollen habilidades socioemocionales en los alumnos”, dice Phillips y agrega que algunas instituciones ya están implementando programas de capacitación intensiva para sus docentes en herramientas de IA, incluyendo no solo introducción a la inteligencia artificial y uso académico de chatbots, sino también consideraciones éticas. 

No se puede evitar el cambio que la IA plantea para el entorno educativo, y no es cuestión de dinero sino de estrategia, como la de la Universidad Insurgentes. Porque si bien la colegiatura de esta institución privada no rebasa los 2 mil pesos al mes, ha trabajado fuerte por mantenerse a la vanguardia en temas tecnológicos.

“Somos de las pocas instituciones acreditadas por Google para el uso de sus herramientas y el año pasado 11 mil de nuestros alumnos obtuvieron 13 mil certificados de Coursera, plataforma con la que trabajamos”, explica Phillips y presume que el próximo septiembre la universidad que él dirige participará, junto con otras tres instituciones educativas, de una prueba piloto para la implementación de un modelo de tutor IA personalizada, liderado por una universidad extranjera. 

Hoy, el futuro cercano de la IA en las aulas apunta hacia modelos de aprendizaje personalizados, con tutores virtuales que conocerán profundamente a cada estudiante. Estos sistemas utilizan datos biométricos y patrones de aprendizaje para adaptar completamente la experiencia educativa a cada individuo, agrega.

Lo básico en las aulas
Lo básico en las aulas.

Así las cosas, parecería que el avance imparable de la IA Gen sustituirá a los docentes y a las universidades, y quizá ya lo hace, pero solo en un sentido tradicional. No obstante, ambas instancias son necesarias hoy, más que nunca, para equilibrar la tecnología con valores humanos fundamentales, toda vez que la socialización, el desarrollo ético y las competencias transversales siguen siendo esenciales en la formación universitaria, aspectos que solo pueden cultivarse adecuadamente en comunidades de aprendizaje guiadas por mentores preparados, indica Mireya López Acosta, subdirectora de Tecnología Educativa en la Universidad Anáhuac México

Phillips coincide con López Acosta. “Solo las universidades proveemos tres cosas que los estudiantes necesitan para desarrollarse como profesionales integrales: socialización para ser adaptable; valores como la ética y la empatía, y las mal llamadas habilidades blandas, cosas que nunca ofrecerá una máquina. Es por fuerza algo que se debe hacer en las aulas, guiados por docente, convertido en coach de vida”.

Otro aspecto crucial para una guía adecuada es enseñar a identificar sesgos y alucinaciones en la información generada por IA, fomentando el pensamiento crítico, dice la especialista de la Anáhuac, y puntualiza que es esencial la transparencia en el uso de estas herramientas, por lo que las instituciones deben declarar cuándo y cómo se pueden utilizar en trabajos académicos y la forma de evaluarlas. 

Forjar el camino

Si bien la idea es que a futuro sea un tema de autorregulación, esperar que un adolescente o nuevo adulto límite por sí mismo el uso de un “juguete” que, además, le dará libertad al optimizar el tiempo de estudio y la elaboración de trabajos suena un poco ingenuo; por ello, las universidades están enfocando sus esfuerzos en capacitar a su planta docente para transformar a los maestros en guías de aprendizaje.

Los profesores pueden aprovechar la IA para planear clases, crear contenidos y diseñar evaluaciones innovadoras, mientras los alumnos pueden potenciar sus investigaciones y tareas. Sin embargo, es fundamental establecer lineamientos institucionales claros y proporcionar capacitación continua para evitar que la tecnología sustituya las capacidades cognitivas tanto de estudiantes como de docentes, dice López Acosta.

el dato

10 por ciento de los docentes

En las universidades utilizan la IA.

Para la Universidad Anáhuac, agrega, el verdadero reto educativo trasciende el desarrollo de competencias digitales, centrándose en formar seres humanos integrales. “Ninguna herramienta tecnológica puede sustituir aspectos fundamentales como la empatía, las habilidades sociales y los valores éticos”.

Cabe señalar que, a nivel nacional, la Asociación Nacional de Universidades de Educación Superior (ANUIES) trabaja en propuestas para desarrollar políticas públicas y marcos regulatorios que guíen a las escuelas en la implementación de la IA, uniendo esfuerzos entre universidades públicas y privadas para el desarrollo del país. 

Las universidades del país se unen para regular la IA
Las universidades del país se unen para regular la IA.

​GSC


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