DOMINGA.– Cuando el telón se abrió, a las 9:30 p.m., los agentes judiciales quedaron impactados: ante sus ojos aparecieron unos jóvenes al borde del escenario, todos desnudos y alumbrados apenas por unas lámparas que llevaban en la mano y con las que se apuntaban unos a otros en un juego de luces. Bailaban y cantaban Let the Sunshine In (Deja entrar el sol), se convertiría en el soundtrack de una generación.
“Pudimos observar que efectivamente dicha obra se trataba de una reunión de hippies”, dejaron escrito a máquina y con letras mayúsculas en un informe policial de 1969 en el que no escatimaron en adjetivos llenos de indignación. Los agentes de la Procuraduría General de la República querían demostrar que aquello no era un simple espectáculo, sino un atentado contra la moral.
“Uno de los actores usa el pelo largo porque así lo llevó Jesús”, apuntaron.

De teatro musical nada sabían los agentes judiciales, pero consignaron que durante los primeros minutos de la obra los actores sacaron pancartas. Y se leía: “La policía fuma marihuana”, “El alcohol mata, la mota no”, “¿Habrá marihuana en la Luna?”. Aunque lo que más les causaría horror estaría por venir: alusiones de odio a la policía y una escena donde los actores simulaban hacer el amor mientras se ríen de la bandera de Estados Unidos.
Aquel 3 de enero de 1969, en Acapulco, Guerrero, el puerto que había seducido al jet-set, se estrenó el musical Hair, una ópera beat sobre la contracultura hippie que se vivía en aquellos años sesenta en Estados Unidos. Una obra teatral disruptiva que se convertiría en el primer musical de rock de Broadway y en el primero en presentar un beso entre personas del mismo sexo en el escenario.
Hair tuvo en México su debut y despedida: tanto el gobierno de Acapulco como el del presidente Gustavo Díaz Ordaz –que había ordenado una matanza de estudiantes un año antes– ordenaron la clausura por ser “altamente pornográfica con apología de vicios e invitación a los mismos”. En un hecho sin precedentes, las autoridades expulsaron del país a un grupo de 15 actores estadounidenses y escoceses, que aquella noche atentó “contra la moral” del pueblo de México.

Esta es una colaboración de ARCHIVERO para DOMINGA, que reconstruye este caso gracias a expedientes olvidados entre cajones de viejas oficinas públicas. Historias como ésta revelan que en México la verdad oficial siempre está en obra negra.
El musical de Broadway llegó a un teatro de la Costera de Acapulco
Hair fue escrita por allá de 1967 por Gerome Ragni y James Rado, dos jóvenes neoyorquinos a los que se les ocurrió la idea de que el compositor Galt MacDermot musicalizara su libreto y canciones. Según la página especializada en teatro Playbill, se estrenaría ese mismo año en un pequeño teatro experimental del East Village y un año después en el Biltmore Theater de Broadway.
El “musical de rock de amor tribal” sigue a un grupo de jóvenes que luchan por su identidad generacional y personal, a los que los atraviesa la guerra de Vietnam, el consumo de las drogas, la posguerra y el inicio de la revolución sexual. La banda sonora incluye canciones hoy icónicas, como “Easy to Be Hard”, “Aquarius”, “Let the Sunshine In” o “Good Morning Starshine”.
Sin embargo los desnudos, la representación del consumo de LSD y lo que para las autoridades gringas entendieron como una burla a su bandera generaron controversia en la época. Pero Hair era más que eso: el primer musical de rock de Broadway, el primer espectáculo en presentar desnudez total y el primero en mostrar en el escenario un beso entre personas del mismo sexo, apuntó Los Ángeles Times.

Y la obra llegó a México. De acuerdo a un reporte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Hair se presentaría el 3 de enero de 1969 en un inmueble de la Costera de Acapulco y estaría integrada por 18 actores mexicanos y 19 artistas extranjeros que estaban representados por el empresario Andrés Correa. Los precios de los boletos rondarían los 120 y los 400 pesos.
Entre los actores extranjeros se encontraban Larry Boman, Corine Ellen, Marianne Sauvage, Cristina Yakobian, Barbara Greene, Laura Lenda Purdy, William F. Combs, Pablo Alonso Serna, Collen Thornton, Villa Maria Cameron, Allanha Lee Hopkin, Maureen Ellen Thornton, Jimmie Lee Cameron, entre otros.
Mientras que los productores en México eran Michael Butler y Alfredo Elías Calles, nieto del expresidente Plutarco Elías Calles, quienes habían revelado a la prensa que tenían una inversión de más de un millón de pesos entre el montaje y los sueldos de los actores, y que contaban con los permisos correspondientes.

Aquella noche del estreno fueron los empresarios quienes decidieron retirarle a la prensa las cámaras fotográficas y se las regresaron al final, una vez terminadas las escenas de desnudos. Después, a las personas que pagaron los 400 pesos se les invitó a pasar por un “ambigú” (cóctel) en el cabaret Tiberio’s, también en la Costera de Acapulco.
No ha quedado claro cuál fue el rol de las autoridades de aquella noche, lo que se sabe es que hubo llamadas telefónicas desde la Secretaría de Gobernación dirigidas al alcalde Israel Nogueda Otero, quien ordenaría la clausura del Cine Acapulco donde se presentó la obra.

Así las autoridades expulsaron del país a “hippies artistas”
Un informe de la Policía Secreta mexicana, resguardado en el Archivo General de la Nación, revela que el escándalo explotó al día siguiente. Después del estreno Hair no pudo seguir en cartelera. Según la DFS a las 3:30 p.m. del 4 de enero llegaron cuatro inspectores de Migración al aeropuerto de Acapulco, quienes se pusieron a las órdenes del entonces jefe de la policía local, Luis Izaguirre.
Un telegrama da cuenta que probablemente así fue. “A las 20:30 horas de hoy se comunicó Luis Izaguirre con el subsecretario de gobernación Rafael Hernández Ochoa para recibir instrucciones al respecto”. Iban por los extranjeros que un día antes escandalizaron al puerto. “Tienen que ser trasladados a la ciudad de México y puestos a disposición de las autoridades superiores de migración”, dicen sus reportes.
En el informe se cuenta que la orden para dar con los actores y bailarines extranjeros fue firmada por Maclovio Herrera, entonces director de Migración. En ésta también se solicitaba que se les cobrara una multa inicial de 500 pesos por inmoralidad. “Y a la vez se les entregará un oficio notificándoles que se les da 24 horas para permanecer en el país”, dice el informe de la Policía secreta.

Sin embargo aquí la DFS contaba que los actores extranjeros no habían sido localizados porque el elenco se hospedaba en distintos hoteles del puerto, lo que dificultaba su deportación durante las primeras horas de búsqueda. “A las 21:00 horas [del 4 de enero] se acordó dejar la operación para detener hippies artistas para el día de mañana a las 6:30 horas”.
Finalmente el 5 de enero detuvieron a 15 artistas extranjeros que se presentaron en la obra. Según los reportes los artistas aseguraron que no tenían dinero para pagar la multa. El 8 de enero empezaron a salir los primeros siete actores deportados del país en el vuelo 900 de Mexicana de Aviación del aeropuerto del Distrito Federal con destino a Los Ángeles, California. Más tarde, otros seis lo hicieron en el vuelo 50 con destino a Texas; otros dos lo harían después también con destino a Los Ángeles.
Las fotos de su salida son hermosas: están en los mostradores del aeropuerto con su ropa sesentera, sus capas, sus vestidos de rombos, su pelo afro. La última escena en México del elenco de Hair, el musical prohibido, sería desde las escaleras del avión mientras levantan la mano efusivamente, posando para quienes toman fotos.
GSC