Desde temprana hora decenas de fieles acuden al Templo de Santa Mónica para celebrar y venerar al Señor de la Maravillas, una de las imágenes religiosa más venerada por los católicos.
Flores, globos, en su mayoría rojos, fueron colocados al interior y a las afueras del templo, para adornar la imagen, ubicada en la 18 Oriente del centro de la ciudad.

La festividad que es celebrada cada primero de julio, comenzó con una misa a las 8:00 horas, presidida por el obispo auxiliar Tomás López.
Posteriormente se tendrán diversas misas durante el día, a las 10 am; 12, 1:30, 4 y 5:30 pm. Y a las 19:00 horas se llevará la última por la intención por la cofradía de Jesús Nazareno.
Los fieles acuden principalmente a dar gracias al Señor de las Maravillas por los milagros que les ha otorgado, otros más para pedir por salud, o trabajo.
El Señor de las Maravillas, actualmente cuenta con tres fiestas anuales: el 1 de julio, el Viernes Santo y el tercer viernes de Cuaresma.
Joain Moisés, señaló que acude al Templo de Santa Mónica acompañado de su familia, a agradecer al señor de las maravillas por los milagros y cuidados que les ha brindado a lo largo de los años, especialmente en la pandemia.
Expuso que cada año acuden a dar gracias, pero este 2025 es el primero que vienen con una donación.
Por su parte, Marco Antonio González expone que da gracias al señor de las Maravillas porque tiene a su familia junta, y desde casa siempre le realiza rosarios.
⛪️Hoy es Día del Señor de las Maravillas, una de las imágenes religiosa más venerada por los católicos; por lo que decenas de fieles acuden al Templo de Santa Mónica para agradecer milagros, y hacer peticiones.
— Notivox Puebla (@Milenio_Puebla) July 1, 2025
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La leyenda del Señor de las Maravillas
El Señor de las Maravillas, es la representación de Jesús bajo la cruz, el semblante de un rostro ensangrentado por el martirio durante una de las caídas, previas a la pasión y muerte.
La veneración nace de una historia de fe y devoción a partir de un milagro, toda vez que la historia narra que una mujer acudía todos los días para venerar a la advocación de Jesús, y le pedía protección para su esposo que permanecía preso en la cárcel de Juan de Dios, casi enfrente de recinto católico.
Durante sus visitas advirtió la presencia de un recluso pobre a quien nunca iba a ver nadie, por lo que la mujer, conmovida, decidió ir a visitar en secreto a aquel hombre cada vez que iba a ver a su esposo. Cuando su marido fue puesto en libertad, la mujer siguió yendo a la cárcel a visitar al hombre, llevándole siempre una cesta llena de comida.
El esposo, alertado acerca de las actividades de su mujer y sospechando que le era infiel, decidió esperarla un día a las puertas del reclusorio. Tras interceptarla, preguntó a su esposa qué había en la cesta, a lo que esta respondió que llevaba maravillas al templo para el Señor de la Caída.
El hombre, desconfiando, destapó la cesta y en su interior solo halló maravillas; la mujer, sorprendida, entró con su esposo al templo, donde confesó la verdad, dirigiéndose ambos acto seguido a la prisión con el fin de ver al recluso, pero no pudieron hallarlo ni obtener ninguna noticia de él, por lo que supusieron que ese hombre era Cristo, quien había puesto a prueba el amor de la pareja.
CHM