En octubre de 2022, la prensa local de Querétaro reportó el robo de un vehículo en una mina ubicada en la comunidad de La Plazuela, en el municipio de Peñamiller. Aunque la noticia no tuvo eco a nivel nacional, la mercancía sustraída consistió en media tonelada de mercurio, un metal que en ese año alcanzó un valor de casi mil pesos por kilo.
Un reporte publicado en fechas recientes por la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) de Estados Unidos señala que estos atracos han sido cada vez más comunes en la región de Sierra Gorda, reserva natural que se caracteriza por tener uno de los depósitos más importantes de mercurio en América Latina.
En consideraciones de la agencia estadunidense, los robos en la zona podrían estar relacionados con la presunta incursión de grupos del crimen organizado en actividades de extracción y contrabando de mercurio. ¿Qué información hay sobre esto? En MILENIO te contamos.
La supuesta huella del CJNG en la extracción de mercurio
La EIA, organización no gubernamental dedicada a investigar actos que atentan contra el medio ambiente y la biodiversidad, señaló en su informe que, según testimonios de algunos trabajadores, las minas ubicadas en las inmediaciones de La Plazuela "ahora están controladas por la violenta organización criminal mexicana llamada Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)".
Acorde con dichos señalamientos, en las zonas dirigidas por este cártel se llevaría a cabo una extracción de mercurio a nivel casi industrial, en contraste con los métodos rudimentarios que implementa la mayoría de las comunidades.
De acuerdo con el documento, en las minas alrededor de La Plazuela el mercurio líquido no se extrae en hornos artesanales, sino que el cinabrio —mineral del que se saca el mercurio— se transporta en bolsas a otro lugar no especificado.

El cinabrio es la fuente mineral más común para refinar el mercurio líquido. El proceso consiste en triturar la roca y calentarla a altas temperaturas en un horno hasta que el mercurio puro se separa del azufre y se evapora. Una vez aislado, el mercurio pasa por una columna de condensación, que ayuda a recuperarlo en estado líquido.
Las EIA estima que entre 20 y 25 por ciento del mercurio minado en la región de Sierra Gorda no se recupera debido a ineficiencias en los procesos rudimentarios. Algunas veces el cinabrio no se rompe de la forma adecuada, mientras que otras el metal en estado gaseoso se filtra por las columnas y se queda como un elemento contaminante en el ambiente.
En caso de que una organización criminal como el CJNG lograra establecer mecanismos más sofisticados, sería posible recuperar un mayor porcentaje del mercurio obtenido en las minas. Pero ¿por qué se interesaría un grupo criminal en este metal?
Mercurio: un catalizador altamente atractivo
Desde fnales de la década de 1990, grupos de académicos y activistas ambientales promovieron en Europa una serie de medidas para disminuir las emisiones de mercurio debido a que es una sustancia sumamente tóxica. Aunque la demanda de dicho elemento disminuyó en rubros como la medicina o la tecnología, hay una actividad milenaria que ha subsistido pese a las restricciones: la extracción artesanal de oro.
Según el citado documento, entre abril de 2019 y junio de 2025 salieron de México al menos 200 toneladas de mercurio con destinos a minas de oro en países como Bolivia, Colombia y Perú.
La minería de oro a pequeña escala, acorde con la agencia, representa cerca del 40 por ciento de las emisiones de mercurio por actividades humanas a nivel global. Además de ser la principal fuente de contaminación ligada a este mineral, es el sustento para miles de familias en comunidades empobrecidas.
En esta actividad, el mercurio se mezcla con agua y con los minerales en los cuales se encuentra el oro. Las partículas del metal precioso se adhieren al mercurio en una amalgama que, al calentarse, evapora éste último elemento. El proceso es sencillo y rápido, pero acarrea graves riesgos.
Un artículo de la publicación ReVista, de la Universidad de Harvard, señala que el mercurio en forma de vapor puede tener un fácil acceso al sistema nervioso cuando se inhala. "Puede afectar la visión, la audición o el equilibrio" y es capaz de provocar un daño renal "que a menudo requiere diálisis o incluso trasplantes de riñón".
Fuentes consultadas por la EIA señalaron que en esta red de contrabando y minería hay una profunda implicación de grupos criminales. Un ejemplo de ello es visible en Colombia, en donde los socios de traficantes mexicanos tienen que venderle el mercurio que importan a organizaciones como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya que los mineros de oro trabajan en zonas bajo el control de dichas estructuras y no es posible contactarlos sin su intervención.
"Las ganancias del comercio ilegal de mercurio y oro están financiando a grupos armados en Colombia y México, además de alimentar una de las más destructivas fiebres del oro en la Amazonía en Madre de Dios, Perú", advierte la investigación sin precisar cuáles serían las organizaciones directamente beneficiadas.
En un conferencia de prensa realizada a principios de agosto de 2025, el secretario de Gobierno de Querétaro, Eric Gudiño Torres, afirmó que los datos proporcionados por la EIA no están comprobados, pues no hay registros de una investigación formal por parte de la Secretaría de Economía o de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
"Los mineros que se han entrevistado desmienten [...] Yo pediría que esperáramos una información oficial de las autoridades federales", expresó.
Aunque dijo no tener información sobre la presencia de grupos criminales en la región minera de Sierra Gorda, el funcionario reconoció que existe la posibilidad de que haya puntos de extracción irregulares. Asimismo, mineros de La Plazuela han señalado a medios locales que no hay indicios sobre la irrupción de estructuras delincuenciales y que las exportaciones de mercurio se realizan bajo el amparo de la ley.
BM.