"Evita compartir videos, mensajes de voz o datos personales de tu familia en redes sociales". Esa es una de las recientes recomendaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob) ante el descubrimiento de una nueva forma de extorsión, realizada principalmente a familiares de personas desaparecidas, que se lleva a cabo con Inteligencia Artificial (IA).
Acorde con las autoridades federales, los criminales están aprovechando las redes sociales para descargar fotos y audios de personas desaparecidas y modificarlos con IA. El material posteriormente se envía a familiares para pedir dinero a cambio de liberarles.
Se trata de una de las tantas actividades delictivas que se realizan a través de Internet; un espacio que, tal y como Notivox explicó en la entrega anterior, es cada vez más utilizado por criminales solitarios e incluso organizaciones criminales.
La extorsión digital y el crimen organizado
Lo que inició como extorsión telefónica a principios del año 2000 en México —según datos de la extinta Policía Federal—, hoy en día ha evolucionado a la extorsión digital.
Información de las autoridades federales refiere que en algunos casos, en años anteriores, los delincuentes utilizaban las redes sociales para obtener datos y conocer el nivel socioeconómico de la posible víctima y su familia.
Luego, ejecutaban el plan con escenarios que incluían situaciones de riesgo o peligro tales como "amenaza de daño físico o patrimonial, secuestros, detenciones de familiares a causa de un delito, así como actividades de organizaciones delictivas que vendían seguridad", entre otras.
Pero hoy en día las extorsiones no sólo llegan por llamadas telefónicas: ahora se dan por WhatsApp, Messenger o correo electrónico. Aunque en la mayoría de los casos los delincuentes afirman tener información personal o imágenes comprometedoras, en otras ocasiones se identifican como miembros de algún cártel de drogas para intimidar.
Después de la amenaza, exigen pagos inmediatos para “evitar consecuencias”.

'Phishing' y estafas a tiempo compartido
Junto a la extorsión digital han crecido los casos de suplantación de identidad, donde las víctimas son engañadas para entregar información sensible.
Aunque el phishing se caracteriza por la suplantación de una entidad confiable —como un banco o una empresa bien posicionada— para obtener contraseñas, datos bancarios o números de tarjetas, investigaciones de autoridades de Estados Unidos refieren que también ha sido detectado para la ejecución de estafas a tiempo compartido; delito vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Pese a que el negocio de las 'cártel de las cuatro letras' se lleva a cabo principalmente por medio de llamadas telefónicas a adultos mayores de Estados Unidos o Canadá, las autoridades han detectado que se las estafas a tiempo compartido se pueden dar a través de varias plataformas y canales tanto tradicionales como digitales.
¿Qué son las estafas a tiempo compartido?
Las estafas a tiempo compartido son fraudes que se aprovechan del modelo de propiedad vacacional compartida, donde varias personas compran el derecho a usar una propiedad turística (como un departamento o resort) durante ciertas semanas al año.
En el espacio digital, los estafadores colocan anuncios en Google, Facebook, Instagram y otras plataformas que ofrecen descuentos irresistibles o "premios" a cambio de información personal. Estos suelen incluir un enlace que redirige a una página falsa donde se recopilan los datos bancarios o de tarjeta de crédito de la víctima.
Muchas veces, las estafas a tiempo compartido se dan a través de sitios web falsos que imitan a compañías legítimas. Estos sitios ofrecen precios atractivos para “reservar” vacaciones de lujo o tiempos compartidos, pero una vez que la víctima paga, no recibe nada a cambio.

El uso de redes sociales para reclutamiento del narco
El crimen organizado también se ha infiltrado en plataformas como Facebook, TikTok, WhatsApp, Telegram y hasta videojuegos en línea —como GTA o Free Fire— para contactar, convencer y reclutar a jóvenes, en especial a aquellos en contextos de vulnerabilidad. Con mensajes que promueven una vida de poder, lujo y pertenencia, el narco vende una imagen aspiracional.
A finales de marzo de 2024, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) dio a conocer la desactivación de 39 cuentas de TikTok que eran utilizadas por el CJNG para reclutar personas.
Dos semanas más tarde, el Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México (Colmex) publicó el estudio Nuevas Fronteras en el reclutamiento digital, en el que señalaron a las redes sociales como el "medio elemental" para que las organizaciones criminales construyan "identidades" en línea y "atraigan a nuevas personas a sus equipos".
"Grupos como el CJNG y el Cártel de Sinaloa usan emojis, hashtags, música, audios virales y contenido visual para atraer a jóvenes a sus filas", se lee.
Acorde con la investigación, se detectó que distintos cárteles de drogas utilizan redes sociales para promocionar empleos falsos con promesas de hospedaje, pago y entrenamiento.
Las plataformas también son utilizadas para ofertar cruces fronterizos, realizar invitaciones a negocios sospechosos, para propaganda con temática delictiva, e incluso para vender armas de fuego.

Otros delitos del crimen organizado en el ciberespacio
El crimen organizado hace uso del espacio digital y las redes sociales para la venta y compra de armas de fuego, drogas y documentos falsos.
A través de grupos cerrados, perfiles anónimos o aplicaciones de mensajería encriptada, estas organizaciones logran operar con relativa impunidad, aprovechando el anonimato y la velocidad que ofrece el entorno digital.
Esta migración de sus actividades al ámbito virtual no solo complica su rastreo por parte de las autoridades, sino que también amplía su alcance geográfico, permitiéndoles cruzar fronteras sin moverse físicamente.
En la próxima entrega, Notivox explicará cómo es que los grupos criminales se han beneficiado de las apps de mensajería para coordinar actividades delictivas.
RMV.