Las cárceles en México están llenas de historias, algunas marcadas por un entorno vulnerable y otras por despiadados episodios donde la clemencia no tuvo lugar. Aún así, los centros penitenciarios que operan en México tienen en común un objetivo: la reinserción social.
Si bien la prisión figura dentro del sistema penal mexicano primero como una medida cautelar y luego como una sanción para las personas a las que se les comprueba su incidencia en hechos delictivos, su estancia dentro de centros penitenciarios no se limita únicamente a la ejecución de una sentencia sino que también tiene como objetivo readaptar a la sociedad a las y los internos a través de sistemas y herramientas que no siempre resultan eficientes.

Ya sea por la corrupción de funcionarios penitenciarios o por la falta de recursos destinados, dentro de las prisiones en México se suelen perpetuar violencias que obstaculizan la reinserción social de las personas privadas de su libertad, limitando su reclusión a un acto punitivo.
Para evitar dicho panorama, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) realiza un diagnóstico sobre la situación en la que se encuentran los centros de reinserción social estatales, federales y militares. ¿El objetivo? Examinar las condiciones de internamiento y estancia que proveen a las y los internos para identificar sus áreas de oportunidad.
¿Cuáles son las peores cárceles de México?

De acuerdo con el Censo Nacional del Sistema Penitenciario Federal y Estatales 2024 realizado por el Inegi, al cierre de 2023 en México operaban 331 centros penitenciarios de los cuales, 14 son federales, 266 son estatales y 51 son especializados, es decir, aquellos destinado al internamiento de personas adolescentes, escuelas de readaptación social, comunidades o albergues destinados a cubrir este tipo de funciones.
Del total de centros penitenciarios contemplados por el Inegi, la CNDH identificó 145 centros penitenciarios estatales cuyos resultados no fueron favorables al evaluar las condiciones de su internamiento. El órgano público autónomo también examinó los 14 Centros Federales de Readaptación Social (CEFERESO) así como tres prisiones militares mixtas ubicadas en la Ciudad de México, Sinaloa y Jalisco.
En los 162 penales examinados por la CNDH se encuentran privadas de la libertad 132 mil 965 personas, de las cuales el 94.5% son hombres y 5.45% son mujeres cuyos derechos humanos se mantienen en latente riesgo de ser vulnerados, específicamente en los centros penitenciarios estatales.

Según lo expuesto en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, los estados que concentran los penales peor evaluados son Baja California, Puebla, Michoacán, Chiapas, Hidalgo, Tamaulipas, Coahuila, Tabasco, Guerrero, San Luis Potosí, Nayarit y Zacatecas.
Centros penitenciarios peor evaluados
- 1 Centro Regional de Reinserción Social Talpa de Comonfort
- 2 Centro de Reinserción Social Coyuca de Catalán
- 3 Centro Regional de Reinserción Social de Chilpancingo
- 4 Centro Regional de Reinserción Social de Iguala
- 5 Centro Regional de Reinserción Social de Acapulco
- 6 Centro de Reinserción Social Tecpan de Galeana
- 7 Centro Regional de Reinserción Social La Unión
- 8 Centro de Reinserción Social de Zihuatanejo
Reune una gran cantidad de penales con múltiples áreas de oportunidad, entre los cuales destacan:
- 1 Centro de Reinserción Social de Huimanguillo
- 2 Centro de Reinserción Social de Comalcalco
- 3 Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco
- 4 Centro de Reinserción Social de Tenosique
- 5 Centro Penitenciario Regional de Cunduacán
- 6 Centro Penitenciario Regional de Tacotalpa
- 7 Centro de Reinserción Social Macuspana
Acumula siete centros penitenciarios con mala evaluación por parte de la CNDH
- 1 Centro Penitenciario Social Distrital de Calera de Víctor R.
- 2 Centro Penitenciario Social Distrital de Concepción del Oro
- 3 Centro Penitenciario Social Distrital de Pinos
- 4 Centro Penitenciario Social Distrital de Sombrerete
- 5 Centro Penitenciario Social Distrital de Tlaltenango de S.R
- 6 Centro Penitenciario Social Distrital de Valparaíso
- 7 Centro Regional de Reinserción Social Varonil Cieneguillas
El resto de los penales que no lograron obtener una buena evaluación se distribuyen de la siguiente forma:
Puebla: Centro Penitenciario Distrital de Zacatlán, Centro de Reinserción Social Distrital de Acatlán de Osorio, Centro Penitenciario Distrital de Libres y Centro Penitenciario Distrital de Huejotzingo.
Hidalgo: Centro de Reinserción Social de Ixmiquilpan, Centro de Reinserción Social de Huichapan, Centro de Reinserción Social de Jacala y Centro de Reinserción Social de Molango
Chiapas: Centro Estatal para la Reinserción Social de Sentenciados No. 5 de San Cristóbal de las Casas, Centro Estatal de Reinserción Social No. 17 Playas de Catazajá y el Centro Estatal de Reinserción Social No. 16 Ocosingo

Baja California: Centro de Reinserción Social de Mexicali y Centro de Reinserción Social de Tijuana
Nayarit: Centro de Reinserción Social Venustiano Carranza
Michoacán: Centro de Reinserción Social Maravatío
Coahuila: Centro Penitenciario Varonil Monclova
San Luis Potosí: Centro Estatal de Reinserción Social de Tancanhuitz
Tamaulipas: Centro de Ejecución de Sanciones Reynosa
¿Cuáles son las principales carencias de las cárceles en México?

La mala evaluación que dichos centros penitenciarios obtuvieron por parte de la CNDH derivan de la identificación de una serie de deficiencias en su gestión, entre las que destaca la inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad, las deficientes condiciones de higiene de las instalaciones, la separación entre procesados y sentenciados, la insuficiencia de personal de seguridad y custodia así como las deficiencias en el procedimiento para la imposición de sanciones disciplinarias.
Del mismo modo, los centros penitenciarios cuentan con áreas de oportunidad para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos y la impartición de actividades deportivas. A la lista de los principales problemas identificados se suman las deficiencias en los servicios de salud, la insuficiencia o inexistencia de programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria, la sobrepoblación, el hacinamiento y la insuficiencia o inexistencia de actividades laborales o de educación.

De los 145 penales estatales examinados, la CNDH identificó 13 en donde las personas privadas de la libertad realizan o participan en actividades propias de la autoridad, es decir, han instaurado un autogobierno/cogobierno, los cuales se ubican en en Chiapas, la Ciudad de México, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas y Tlaxcala.
En el caso de las mujeres privadas de la libertad, la ausencia de perspectiva de género en las acciones y políticas dirigidas a este sector también figuran como un potencial mecanismo de vulneración de sus derechos humanos.
Son múltiples los factores que dificultan una reinserción social dentro de algunos penales de México, sin embargo, la importancia de atender dichas áreas de oportunidad no recae solo en la prevención de la reincidencia de las y los internos sino también en la seguridad de los mismos centros penitenciarios.

De acuerdo con la CNDH, los CEFERESOS, CERESOS y prisiones militaras examinadas también han sido escenario de incidentes violentos que van desde homicidios, suicidios y torturas hasta riñas, motines y fugas.
Aunque el penal de La Pila en San Luis Potosí o el de Aguaruto en Sinaloa no fueron considerados como los peores evaluados por la CNDH, diversos reportes periodísticos dan cuenta de las fugas y motines que con constancia suelen desatar caos en sus instalaciones.
La situación es similar para el CEFERESO 16 Femenil de Morelos, en donde el constante suicidio de internas ha encendido las alertas tanto de las autoridades como de la opinión pública.
El panorama de las prisiones en México ha sido cuestionado en más de una ocasión por organismos autónomos u organizaciones civiles que abogan por el respeto a los derechos humanos pues, más allá del punitivismo, es una reinserción social eficaz la que puede abonar en reconstruir el tejido social que se ha desgastado en el país.
ATJ