Yo no lo sé de cierto, pero supongo… que han escuchado hablar del poeta y peatón chiapaneco Jaime Sabines. Lo que pocos saben de Sabines es que estudió medicina y aunque a los 3 años abandonó la carrera, contaba que en su momento lo que lo llevó a inscribirse a la Facultad de Medicina fue lo que él llamaba un ideal romántico. Al parecer estudiaba medicina para salvar a la humanidad de una enfermedad incurable: La indiferencia.
Por eso creo que, si el poeta Sabines hubiera conocido al Doctor Felipe Cruz Vega, habría abrigado la esperanza de que sí había cura para esa enfermedad.
Al Dr. Cruz Vega le teníamos un cariño especial y un respeto unánime por su larga trayectoria:
En 1981 formó parte del primer equipo de traslado en una ambulancia aérea del IMSS.
En 1982 acudió a Chiapas a ayudar, cuando el Volcán Chichonal hizo erupción.
En 1996 se adelantó a los tiempos y comenzó una cruzada que para muchos era sólo un sueño y no una posibilidad real: Las Jornadas Médico Quirúrgicas, para que la misma atención que se recibe en el Centro Médico Nacional Siglo XXI se recibiera en cualquier Hospital Rural por más apartado o lejano que estuviera porque los mexicanos merecen la misma calidad de atención por el simple y glorioso hecho de haber nacido en este país.
En 2005, desde el IMSS impulsó la iniciativa de Hospitales Seguros frente a Desastres que fue adoptada por 198 países.
Creador del Centro Virtual de Operaciones en Emergencias y Desastres (CVOED), fundamental para poder coordinar toda la estrategia de atención médica durante la pandemia por COVID-19.
En 2020 el presidente López Obrador le entregó el Premio al Humanismo Médico “Doctor Ignacio Chávez”.
Fue presidente de la Academia Mexicana de Cirugía y colaborador de la Organización Mundial de la Salud para Servicios de Salud Resilientes.
Yo lo conocí en plena pandemia, en julio de 2020, cuando hubo un sismo y se activó la alerta. Ya había pacientes hospitalizados por COVID-19. Algunos hospitales privados evacuaron, pero en el IMSS teníamos un pequeño libro que conservo en mi escritorio:
“Manual para la evacuación de hospitales con énfasis en áreas críticas”, su autor: el Dr. Cruz Vega. Le llamé y me dijo: En este caso no hay que evacuar. Desde ese día siempre valoré y acudí a su consejo en situaciones críticas.
Aunque parezca increíble, la institución tenía una gran Institución: Felipe Cruz Vega.
Su personalidad era la de un hombre sabio, profundamente generoso. Era famoso por ser siempre de los primeros al llegar a las oficinas y a las contingencias. Ante cualquier problema respondía: Siempre adelante, ni un paso atrás.
La semana pasada fue triste para el Seguro Social, a los 80 años y después de 47 años de trayectoria institucional despedimos al Dr. Felipe Cruz Vega. Para honrar su memoria, su familia, amigos, compañeros y su equipo nos reunimos para despedirlo en una sencilla, pero sincera y emotiva ceremonia.
Todas y todos quienes estuvimos en la sala teníamos una anécdota con él. Era de esperarse porque las palabras: Ayuda, responsabilidad, solidaridad y empatía siempre lo acompañaron. Si se hubiera podido reunir a toda la gente que ayudó a lo largo de su vida, no hubiéramos encontrado un recinto en todo el país capaz de albergarnos a todos.
El 5 de diciembre de 2023, cuando se develó su busto en la Plaza de las Médicas y Médicos Ilustres del IMSS (que ayer seguía luciendo llena de flores) lo entrevistaron, le preguntaron cómo quería ser recordado y respondió: Que la gente piense que fui un buen hombre.
Lo fue, querido Doctor. Gracias por su trabajo y su legado en el IMSS.
Descanse en paz. Lo vamos a extrañar.