
El pasado marzo fue un mes muy importante para China, y tengo cinco buenas noticias para compartir con los amigos mexicanos. Primera, en las “Dos Sesiones” 2023 de China, se eligieron los nuevos líderes de los organismos estatales y del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y Xi Jinping fue reelegido como presidente de la República Popular de China. Segunda, el 10 de marzo, Arabia Saudí e Irán acordaron reanudar las relaciones diplomáticas en Pekín.
Tercera, el 15 de marzo, el presidente Xi Jinping presentó la Iniciativa de Civilización Global, enfatizando la coexistencia inclusiva, los intercambios y el aprendizaje mutuo de diferentes civilizaciones. Cuarta, del 20 al 22 de marzo, el presidente Xi Jinping visitó Rusia y se reunió con el presidente Vladímir Putin.
Las dos partes alcanzaron consensos importantes sobre la profundización del intercambio y cooperación entre los dos países y la resolución pacífica de la crisis de Ucrania mediante diálogo. Quinta, el 26 de marzo, China estableció relaciones diplomáticas con Honduras, y éste se convirtió en el 182º país en establecer relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de Una Sola China.
Estas cinco buenas noticias contienen cuatro verdades profundas:
Primera, la modernización al estilo chino cuenta con perspectiva brillante. El hecho de que Xi Jinping fue reelegido por unanimidad como presidente del país refleja plenamente la gran afirmación de todo el pueblo por los grandes logros que China ha conquistado en los últimos 10 años. La modernización china ha roto el mito de “modernización=occidentalización”, y creado nuevas formas de la civilización humana. También ha dado a los diversos países del mundo, especialmente los en desarrollo, importantes inspiraciones.
Segunda, el camino del desarrollo pacífico constituye una elección obligatoria para China. China descarta la vieja lógica de “ser fuerte es ser hegemónico”. El papel activo de China en temas como la crisis de Ucrania y las relaciones entre Arabia Saudí e Irán forma una demostración externa de la adhesión de China al desarrollo pacífico. China siempre será un constructor de la paz mundial, un contribuyente al desarrollo global y un defensor del orden internacional.
Tercera, la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad es la posición firme de China. Sobre la base de una serie de propuestas chinas, como la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, la iniciativa para el desarrollo global y la iniciativa para la seguridad global, China propuso la Iniciativa de Civilización Global, dedicada a promover el respeto y la comprensión mutuos entre diferentes civilizaciones, proporcionando una metodología correcta para realizar la paz y la estabilidad mundial y promover el desarrollo a largo plazo de la humanidad.
Cuarta, el principio de Una Sola China se está volviendo cada vez más universalmente aceptado. Adherirse al principio de Una Sola China es la elección correcta que se ajusta a la justicia internacional y la tendencia de los tiempos, y corresponde a la aspiración de los pueblos. Cualquier intentona de intervenir en los asuntos internos de China será rechazada por todo el pueblo chino, y cualquier proceder por impedir la gran causa de la reunificación de China será aplastado por las ruedas de la historia. Sin embargo, con la mentalidad de Guerra Fría, algunos países tratan de reprimir y contener el desarrollo de China; no escatiman esfuerzos para propagar la “teoría de amenaza de China”, afirmando que China tiene la intención de modificar el orden internacional, y que el ascenso de China representa una amenaza para otros países; hacen todo lo posible por desdibujar y vaciar el principio de Una Sola China, provocando a China una y otra vez.
La gran revitalización de la nación china ha entrado en un proceso histórico irreversible, y ningún otro país o fuerza podrá detenerlo. Las acciones de ciertos países y fuerzas para reprimir y contener a China están destinadas al fracaso. China continuará defendiendo el multilateralismo verdadero, dirigirá junto con los países como México la evolución del orden internacional en una dirección más justa y razonable y promoverá el desarrollo de la globalización por un derrotero más abierto, inclusivo y equilibrado que sea de beneficios generalizados y ganancias compartidas.