Aunque no se trata de un crítico de música, vale la pena citar las impresiones del alguna vez vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, sobre su encuentro con Johnny Cash, pues reflejan el sentir de sus seguidores. “Cuando conocí a Johnny Cash, creció mi amor por la música. Al conocerle se hacía evidente que lo que hacía tan grandes sus canciones es que era un hombre profundo. Había sufrido mucho, y eso le conectaba directamente con el sufrimiento de los demás. Estaba más a la izquierda que yo en muchas cuestiones. Por ejemplo, estaba en contra de la pena muerte”.
El testimonio es recogido por Eduardo Izquierdo en Johnny Cash. Apocalipsis y redención (Efe Eme, 2021), un lúcido ensayo al que ha denominado “una vida escrita en los surcos de sus discos conceptuales”. Este hombre profundo, de tendencia autodestructiva, defendió a toda costa su integridad como artista. Mientras su disquera lo presionaba para que grabara discos de éxitos, él optaba por proyectos más arriesgados, concebidos en circunstancias personales adversas. Izquierdo cita un fragmento de su autobiografía donde Cash dice: “hice música de la que todavía me siento orgulloso, particularmente Ride This Train, Bitter Tears y mis otros álbumes conceptuales. Para entonces, había destruido a mi familia y me esforzaba por hacer lo mismo con mi persona”. La explicación, explica el autor, “está en sus contradicciones y obsesiones”.
Los discos conceptuales dedicados a la clase trabajadora, la muerte, la situación de los reos, los viajes en tren, la conquista del Oeste o el exterminio de los indígenas americanos están entre sus mejores trabajos. En cada uno se zambullía en fuentes de primera y segunda manos para elegir el repertorio, como en el caso del álbum dedicado a los indios americanos. “Cuando llegó la hora de grabar el disco acarreaba todo un cargamento de tristeza y ultraje; sentí cada palabra de aquellas canciones”, diría Cash.
De acuerdo con el músico, para el disco Ballads of the True West se convirtió en un vaquero del siglo XIX. Así como rendía homenaje a los indios, también reconocía a los ladrones y asesinos de esa época. Cash, escribe Izquierdo, “no veía la contradicción (…) Las cosas debían separarse y aquellos colonos que querían a sus caballos más que a sus mujeres, aquellos ladrones de bancos y aquellos caza recompensas habían ayudado a hacer de Estados Unidos una nación grande. Quizá hubieran cometido errores, quizás algunos no habían sido siempre justos, pero habían jugado su papel en la historia y había que reconocérselo”.
Y además
At Folsom Prison, un disco mítico
Eduardo Izquierdo describe el ambiente que reinaba en la cárcel al momento de grabar At Folsom Prison, uno de sus discos más memorables: “Definitivamente Cash era uno de ellos, y por eso iban a hacerle sentir como en casa. Johnny cantaba sobre la desesperación, la soledad, el abandono. Y lo hacía de forma insuperable. Los presos creían estarse oyendo a sí mismos y eso les hacía entrar en un estado de comunión difícil de explicar”.
Xavier Quirarte