Sociedad

Música contra la homofobia

Mientras escuchaba el popurrí del musical Formas de Amor que incluía canciones de Kabah, Litzzy y OV7 entre otros éxitos pop de los noventa, tuve mi propio flashback noventero, la primera vez que pisé un antro gay en Londres, recuerdo el momento en que el DJ soltó el sencillo "I'm Free" en la versión de los Soup Dragons, los parroquianos reconocieron la rola y la euforia y el orgullo se salieron de control, los homosexuales sacudían las caderas y brincaban afónicos cada vez que Sean Dickson entonaba el estribillo Free. Una metáfora sampleada de lo que significa cantar sobre sentirse libre en un mundo que te asume hetero hasta que te envalentonas para demostrar lo contrario.

Lo sé: mis referencias puedan sonar pretenciosas, soberbias, burguesamente sajonas.

No iré lejos ni más allá de los 90. Al primer y segundo año después del levantamiento zapatista, se organizaron conciertos de rock a favor de la causa surgida en las entrañas de la Selva Lacandona, sucedían en la cancha de prácticas de futbol americano de la UNAM o el estacionamiento del estadio Olímpico Universitario, la entrada costaba algunos kilos de arroz o frijol u otros alimentos no perecederos cuyo destino eran los campamentos zapatistas. Tocaban nombres como La Lupita, La Milagrosa, Fratta, Maldita Vecindad, Santa Sabina, Botellita de Jerez, Los Tres de Chile, Aterciopelados de Colombia, y de entre los saltos y las circunferencias del slam despuntaban banderas, unas portaban la imagen del subcomandante Marcos mientras otras sostenían la franja del arcoíris en estricto orden del orgullo lésbico-gay.

"El año pasado sí participaron bandas de rock, como los Drágulas y Matherya, que es muy metalera, y otros que cantan música urbana y reggae. Porque es septiembre también decidimos darles prioridad a cantantes de música regional mexicana, mariachi, cumbia, salsa, etc. Pero no tenemos ningún problema con los géneros sobre el escenario" me dijo Roger Lorenzo, director de Canal G y principal organizador del concierto. Según Lorenzo, el principal motivo de montar una segunda edición ahora en el Monumento a la Revolución fue el de alzar la voz como réplica a todas esas manifestaciones conservadoras que han salido a la calle (sobre todo en Guadalajara) que por lo visto no están de acuerdo con las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que determinó ilegal la prohibición de acceso al matrimonio entre personas del mismo sexo así como su posibilidad de adoptar hijos El público fue diverso y disperso. Aumentó conforme el cielo oscurecía pero definitivamente la convocatoria resultó inferior a la que se vistió de blanco en Guadalajara para protestar contra la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo. La música y las intervenciones reproducían (quizás inconscientemente) esos clichés que son al mismo tiempo regocijo y generadores de homofobia, dirían algunos activistas.

"¿Por qué en la televisión mexicana el gay siempre tiene que ser una peluquera?" escuché hace poco. La mayoría de las bromas en el escenario del Concierto de la Música contra la Homofobia tenían que ver con insultos bonachones dichos en femenino entre hombres. Eran divertidos, eso que ni qué.

Twitter: @wencesbgay
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Wenceslao Bruciaga
  • Wenceslao Bruciaga
  • Periodista. Autor de los libros 'Funerales de hombres raros', 'Un amigo para la orgía del fin del mundo' y recientemente 'Pornografía para piromaníacos'. Desde 2006 publica la columna 'El Nuevo Orden' en Milenio.
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