Entre chapulines, promesas, acusaciones, violencias, derechas, izquierdas, centros, etc. se llevan a cabo los procesos electorales en México; terminaron en Coahuila y Estado de México, pero vendrán otras; ya se escuchan las promesas de campaña: honestidad, buen vivir, justicia, paz, etc. de los diferentes colores.
Las consecuencias de confiar sólo en estos procesos para solucionar los problemas sociales son claras.
Es necesario desbordar esta mirada, la metáfora que plantea John Holloway a partir de un cuento de Allan Poe resulta útil, nos invita a pensar que estamos en una habitación amueblada, sin puertas ni ventanas, algunes más cómodos que otres, no obstante, los muros avanzan gradualmente hacia dentro, eso incomoda ante la amenaza de morir aplastados.
Todes discutimos sobre qué hacer, se decide reacomodar los muebles y cada determinado tiempo hay elecciones para volver a modificar; así unes están más cómodos y otres menos, pero las paredes siguen avanzando, nadie se ocupa de ello.
Con el tiempo, algunes se dan cuenta del peligro, unes defienden su silla, otres crean un partido “diferente” que ofrece un futuro esperanzador; unes más se lanzan contra las paredes creando grietas en el muro que impidan nuestra destrucción.
Para quienes defiende su sillón y/o discuten el arreglo de los muebles en las siguientes elecciones, elles están locos.
El cuento dilucida el acontecer de los procesos electorales en México, la preocupación y confianza está en el acomodo de los muebles (elecciones), donde algunes quedaran mejor posicionados que otres mientras la dinámica de destrucción, violencia y muerte continúan arrasando la vida en el mundo.
Quizás es necesario sentipensar desde la locura, desbordar las soluciones del Estado y la economía de mercado, tal vez desde la autonomía, autogestión y apoyo mutuo es posible caminar hacia un mundo con justicia y dignidad.
Los pueblos indígenas de AL nos ofrecen pistas.
Alto a los ataques a las comunidades zapatistas en Chiapas.
