Después de meses de gozar de nuestras libertades, y en muchos casos abusar de ellas, ahora resulta que vamos de nuevo a verlas restringidas.
El aumento de casos de covid-19, aunado a la influenza y el virus sincitial respiratorio, una especie de resfriado que puede crecer hasta dañar los pulmones, nos lleva ahora a un complicado cierre de año.
Nuevo León se une así a la lista de entidades donde el virus gana terreno poco a poco; en los últimos cinco días, los casos rondaron entre los 105 y los 303 por día. Ocho de cada diez son de la variante Perro del Infierno.
Ciertamente estamos lejos de los líderes en contagios, como la Ciudad de México con más de 3 mil, o Quintana Roo, Yucatán y el Estado de México que superan los mil.
Sin embargo, hace 10 días se elevó el promedio de pacientes por encima del ciento, cifra que no se daba desde mayo.
¿Responsabilidad de quién? Un poco de todo y de todos; la necesidad de recuperarnos física y anímicamente, de retomar nuestra cotidianeidad. Un poco también de la excesiva confianza y la desinformación.
Porque por un lado, el habernos vacunado nos pareció un escudo infalible y por otro, aunque lo nieguen las autoridades, se nos dijo que todo estaba bajo control. Todavía el mes pasado se decía que mientras los hospitales estén libres y la tasa de mortalidad sea baja, no hay nada que temer.
Ayer había 35 personas en camas de hospital y abruptamente nos despertaron del sueño para decirnos que vamos de nuevo, que el cubrebocas nunca dejó de ser obligatorio, pese a que en abril se le declaró opcional, justo en boca de las mismas autoridades.
Pero de nada sirve tener memoria, es más útil tener cuidado. Vendrán tiempos de desconcierto, de indiferencia de personas que en dos años parece que no aprendieron nada. Será difícil convencer al ciudadano de algo tan básico como cuidarse y cuidar a los suyos, cuando por fin estábamos programando reunirnos en grupo para las fiestas de diciembre.
En el Metro, en el camión urbano, en las fiestas o en los conciertos, desde hace mucho no se piensa en el covid. En las escuelas poco a poco se retomó la clase presencial y, pese a las evidentes secuelas en la conducta de los alumnos, ya se retomó el camino.
Confirmaron también que no hay vacunas para rezagados porque las dosis con las que cuentan actualmente solo se destinan a embarazadas y niños de cinco a 11 años.
En fin, va de nuevo y esperemos pase pronto.
Víctor Martínez
