Los presidentes municipales están cansados de exigir aquel dinero que se les prometió en enero tras meses de desencuentros, durante una rueda de prensa que de pronto se tornó ríspida.
Aquella tarde, la escena transmitía en un principio un aire de cordialidad y acuerdos, mientras el gobernador anunciaba que liberaría los recursos del Fondo a Municipios, publicado en el Artículo 98 de la Ley de Egresos, y que con ello la bolsa a repartir alcanzaba los 2 mil 500 millones de pesos.
Casi cinco meses después ayer se juntaron los alcaldes del llamado Pacto Nuevo León y lanzaron otro llamado desde el Congreso del Estado, respaldados por sus diputados federales, síndicos, regidores y hasta vecinos.
Insisten en que la Secretaría de Finanzas estatal no ha depositado las mensualidades; que va desfasado y debe terminar antes del 31 de agosto.
El Estado, por su parte, responde que los municipios no dicen la verdad, porque han recibido más recursos que antes. Los alcaldes responden explicando que lo que les han dado es porque el Estado ha recibido más participaciones federales, es decir, recursos adicionales; pero es dinero federal. Explican los municipios que, comparado con lo proyectado para este año, lo que se ha recibido no proviene del Fondo de Desarrollo Municipal, ni del fondo a municipios.
Ya por la tarde, en sus redes sociales, el secretario General de Gobierno, Javier Navarro, respondió a los alcaldes inconformes: el fondo para los municipios de 2 mil 500 millones de pesos, que hoy reclaman, está ahí, sin embargo, como es su costumbre, lo quieren a discreción para gastarlo en sus estructuras partidistas y no en mejoras para sus municipios.
“Ellos saben que el Gobierno del Estado está abierto para recibir los proyectos, tienen abiertas las puertas de dicho fondo, siempre y cuando cumplan con el requisito de que es para obra pública y seguridad, y no a discreción como ellos exigen”, agregó.
“El dinero, en efecto, es de los ciudadanos que viven en diferentes municipios, por ello es importante que el mismo ciudadano tenga la certeza de que ese recurso irá para su beneficio, y no para los bolsillos de la vieja política”.
Así será difícil que se llegue a acuerdos, porque se habla de recursos que para los alcaldes son trascendentes, y porque se da en medio de una lucha de poderes; un reto para ver quién puede más. Y por si fuera poco, un manejo de los mensajes con un lenguaje que confunde.
Mientras no haya cuentas claras y el dinero no haga sonar las cajas, el ciudadano es el que pierde.