Las tres semanas que anteceden a este artículo hicimos el ejercicio de evaluar el estado en que se encuentran tres principales partidos que ostentan el poder político en Nuevo León.
En dos de ellos existe una similitud que algunas veces es su fortaleza y otras su debilidad. Hablamos de los líderes fácticos que en los últimos años han hecho su voluntad aun y cuando esto le cueste al partido.
En el PAN saben bien que el Grupo San Nicolás tiene al partido en su poder y que el personaje principal de esta historia es Zeferino Salgado Almaguer.
Y mientras el instituto político va en caída libre, su líder de facto está lejos de preocuparse, y por el contrario ha amasado una notable cantidad de propiedades adquiridas por debajo de su precio comercial real.
Ayer lo publicamos en nuestras plataformas: Chefo es dueño de 35 propiedades con escrituras por las que pagaron 43 millones de pesos, además de otras nueve de las que no se tiene el valor de la operación. En términos prácticos son 44 inmuebles a su nombre o con el de familiares directos. El segundo líder del Grupo San Nicolás no está lejos de esa potentada situación, porque en pocos años ha multiplicado su patrimonio.
Carlos de la Fuente, también ex alcalde y ahora diputado, opera dos empresas a su nombre y a través de ellas ostenta 31 propiedades. La suerte “le ha sonreído tanto” que en 2009 tenía registradas solo cinco propiedades, y después adquirió otras 26.
Ambos forman parte de una red que en conjunto reúne 91 propiedades inmobiliarias con un valor comercial que supera los 400 millones de pesos.
La inmensa mayoría de estos inmuebles está en San Nicolás; al menos 14 son tiendas de conveniencia que operan con contratos de renta por más de 10 años. De los permisos y trámites nadie se preocupa, porque nadie opondrá resistencia en lo absoluto.
En conclusión, quienes han integrado este grupo, donde figuran tres ex alcaldes nicolaítas y varios familiares han empleado fórmulas exitosas para engrandecer sus patrimonios, aunque los éxitos políticos no sean del todo buenos.
¿Qué importa entonces fortalecer al PAN con nuevas estrategias que les permitan recuperar posiciones políticas? Poco, mientras el presente sonríe tanto a sus cabezas y se vive un mal momento político.
Víctor Martínez
