Política

La imaginación es la mitad de la enfermedad

Hay que conservar la calma.

Más que preocuparnos, ocuparnos.

La vida está compuesta por momentos, buenos, malos, regulares o peores.

Resulta a veces difícil detectar el instante justo en que todo cambió y el panorama se volvió diametralmente distinto a lo que esperábamos.

De pronto todos empezamos a perder, bueno casi todos, porque como en cualquier situación crítica, para algunos se presenta un escenario favorable; hoy seguro están ganando los que viven del comercio en línea, plataformas como Amazon o Netflix, quienes venden tecnología para que el ciudadano pueda enfrentar esta situación emergente, y sobre todo ganan también las farmacéuticas.

Ellos están lejos de la quema; lejos del resto del mundo que hoy seguro no duerme tranquilo, como los hoteles, los restaurantes, los cines, los bares, el sector automotriz, incluso el energético. Ahí sí se ha puesto duro, y aún no llega el efecto mayor, el freno de la economía en general.

El problema todos los pronostican, no tiene ciencia hacerlo, pero resolverlo nos involucra a todos, los gobiernos a buscar las condonaciones para el ciudadano de a pie y las exenciones para el empresario de todos los niveles, lo van a necesitar para sobrevivir. A los comercios entender que la diferencia, una vez que se reactive la operación serán la calidad en el servicio, la creatividad, la optimización y no desistir. Para el ciudadano formar parte de la cadena de consumo de manera inteligente e incluso con un alto grado de patriotismo.

Por ahora en las semanas que vienen habrá por todos lados gente inactiva laboralmente hablando, algunos de ellos sin goce de sueldo, situación que impactará desde el primer día y que a la postre harán que la gente tome el plástico para salir del apuro, comprar y pagar productos o servicios con tarjeta. Deuda con deuda.

De la conducta que hemos tenido todos se puede diferir, porque lo mismo abundan familias en casa atendiendo las indicaciones, que aquellas personas desafiantes que muestran indiferencia o incredulidad; aquellos que dicen: “A mí no me pasará”.

Otros replicando fake news, fotos o falsos audios de WhatsApp grabados por personas con problemas mentales, porque solo con un trastorno se puede tener el ánimo de burlarse en situaciones como ésta.

El otro ciudadano presa del miedo también aparece en la escena, vaciando anaqueles, comprando papel de baño, cubrebocas, gel y comida a montones; como esperando un toque de queda.

Y el que poco se menciona, aquel que ante un ligero síntoma de resfriado entra en pánico y acude en busca de exámenes para descartar el Covid-19. Estos últimos saturan hospitales y lugares de consulta ante la sola sospecha.

Si eso sigue pasando no habrá recursos que sean suficientes para tranquilizar tal urgencia masiva.

Hay que hacer el llamado a recordar que como dijo alguna vez el médico y filósofo persa Ibn Sina: “La imaginación es la mitad de la enfermedad, la tranquilidad es la mitad del remedio y la paciencia es el comienzo de la cura”.

Fortaleza para todos.


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Víctor Martínez Lucio
  • Víctor Martínez Lucio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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